Método japonés que sí enseña a tu hijo a multiplicar y sin calculadora

Cuando hablamos de multiplicar, de calculadora, de matemáticas, entre otras expresiones similares, seguramente nos transporta a nuestra niñez. Por lo que sabemos muy bien de lo que se trata y a lo que se enfrentan nuestros hijos, aunque afortunadamente hay métodos actuales muy interesantes.

Uno de los aspectos de la matemática incluye el multiplicar, el concepto básico de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, lo define así: «Aumentar el número o la cantidad de cosas de la misma especie».

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Sin embargo, no solo queda en ese concepto, sino que también existe una variación, las multiplicaciones decimales.

De todas formas, esto nos lleva a preguntarnos: ¿Porqué algunos son tan malos para las matemáticas, mientras que otros, todo lo contrario?

Es interesante conocer un método japonés que enseña a los chicos a multiplicar y sin una calculadora, en el caso de que nuestro hijo se encuentre en esta etapa en la que domina las tablas, esto será de gran ayuda.

Método japonés que sí enseña a tu hijo a multiplicar y sin calculadora

Aprendamos este método a través de los siguientes pasos que se detallan a continuación:

Paso 1:

Básicamente, se trata de un sistema que se basa en líneas que representan cifras y que se cortan en un ángulo de noventa grados.  Cuando se procede a contar cada intersección por donde se consigue el resultado.

Paso 2:

Un ejemplo de lo anterior, saquemos el resultado de 21 x 23. Entonces dibujamos 2 líneas horizontales, una representa la primera cifra o número de la multiplicación, luego la otra línea representa el otro número en cuestión.

Paso 3:

Es decir, ahora dibujamos 2 líneas verticales que representan al segundo número. Estas líneas en forma vertical atravesarán las que están en forma horizontal.

Paso 4:

Para multiplicar, debemos proceder en cada intersección colocando un punto y sumarlos. El de la primera zona es el número uno del resultado, las dos y la tres se suman y ya nos da la segunda cifra, con el área que queda seria el último valor que necesitamos para completar.

Sin duda alguna, se trata de un método más claro y eficaz para que los niños aprendan con más facilidad.