No hay nada más gratificante que observar los resultados de nuestra tenacidad y esfuerzo, sin embargo hoy vivimos en una sociedad con poca cultura del esfuerzo.
La triste realidad es que se ha instaurado la falsa idea que nuestras metas se pueden alcanzar sin ningún esfuerzo, de hecho con tan solo un click tenemos todo al alcance de nuestra mano.
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Nos han hecho creer que las redes sociales nos acercan a un falso éxito y que solo se mide con tener likes o seguidores, incluso nos venden que la felicidad se logra esperando en la suerte o del trabajo que realizan terceros.
Cuando los padres ven que sus hijos sufren por no conseguir el fruto de sus esfuerzos, procuran allanar el camino e impedir que se pongan tristes. Pero es precisamente este esfuerzo con el que van a tener que incorporar y cultivar a lo largo de toda la vida.
Paralelamente deberá aprender que hay derrotas en la vida y que muchas veces hay que empezar desde cero, que es fundamental no rendirse y que para todo hay una solución.
Transmitir a los hijos que el esfuerzo continuo lo acercará a sus objetivos y que será lo que realmente le de satisfacción en la vida, la clave está en establecer algunos pilares que lo conducirán al éxito en los diversos aspectos de la vida:
Diez claves para educar a nuestros hijos en la cultura del esfuerzo
- Es fundamental que los hijos conozcan los motivos para esforzarse, que puede tener metas a diario y que puede alcanzarlos. Aunque hay dificultades, enseñar a los hijos a enfrentar los desafíos y que para ello, hay que ejercer paciencia en cada paso que dan.
- Los hijos deben tener presente que cuentan con el amor, confianza y apoyo de los padres. Es importante que los padres valoremos el esfuerzo que hacen diariamente, hay que animarlos y dedicarles el tiempo necesario para alentarlos.
- Se les debe enseñar las virtudes más importantes que debemos reflejar, cómo la perseverancia que al debido momento dará sus frutos. También transmitirles los valores, como el respeto, el ser agradecido y como la honradez debe caracterizarlos.
- En este punto los padres deben ser ejemplares, hay que contagiar a los hijos de la energía, optimismo y mucha voluntad para ir tras las metas cada día. Tratar de que las quejas no formen parte de nuestro lenguaje.
- Es más que necesario explicar a los hijos que las dificultades se presentarán, pero la actitud es verlo no como fracasos sino como oportunidades para aprender y mejorar.
- Enseñarles que el éxito bien conducido es el resultado del esfuerzo diario y hacerlo con pasión y valentía. Un éxito que está relacionado No con el poseer, sino con el ser.
- Ayudarlos a manejar las emociones adecuadamente, ya sea la paciencia, dominar el mal humor o hasta la tristeza, cuando las cosas no salen como quisiéramos. A no depender de la buena suerte, sino del esfuerzo y trabajo.
- Es esencial que se sientan orgullosos de sus esfuerzos personales y de lo que van alcanzando a diario, aunado a esto es sumamente importante que tengan los mejores aliados. Es decir, que estén acompañados por personas que alienten y tiren para la misma dirección.
- Hay que potenciar la autonomía y la responsabilidad al tomar decisiones, pero a la vez ser realista y no buscar la perfección.
- Para finalizar, se debe establecer expectativas acorde a la capacidad y madurez del hijo. Los niveles de exigencia deben ser moderados, valorar el esfuerzo y no centrarse solo en los resultados.
¡El secreto está en la felicidad que se adquiere, no por el placer sino de encontrar el placer en el esfuerzo y en los resultados!
