Popular entre las danzas populares es el gato, alegre y airoso, una de las danzas de galanteo que más ha prosperado dentro de nuestro acervo folklórico. En la Argentina adquiere popularidad durante el siglo XVIII, perdurando hasta nuestros días como danza viva, que se baila “al natural” en varias regiones.
El gato es una danza de ritmo vivo y expresión picaresca. Por ser una danza de cortesía, es importante que los bailarines se miren y se sonrían expresando el galanteo. Se baila con castañetas, paso criollo básico y puede bailarlo una pareja o dos parejas en cuartos, compartiendo la vuelta entera y la media vuelta. Tradicionalmente se baila en pareja suelta, que realiza sus despliegues sin necesidad de relación con otras parejas. Sin embargo, hoy en día es común en peñas y festivales populares bailar el gato y otras danzas en una ronda colectiva.
Coreografía
La coreografía del gato es distinguida por su sencillez, que da lugar al movimiento ágil, al galanteo y al juego amoroso. En posición inicial, la pareja se coloca enfrentada sobre la mediana del cuadrado imaginario de baile. El gato comienza con una vuelta entera (8 compases): los bailarines salen por sus lados derechos y describen un círculo, pasando por la base del compañero y volviendo al lugar de partida. Luego se realiza un giro (4 compases), partiendo de la base por la derecha y girando en el área, hasta la mitad del recorrido, para volver a la misma base. Le siguen el zapateo del varón y el zarandeo de la mujer (8 compases) y una media vuelta (4 compases) a través de la cual los bailarines cambian de base. Se repiten el zapateo y el zarandeo (8 compases) y se termina con un giro final (4 compases) y coronación, donde los bailarines, al llegar a la mitad del recorrido, giran sobre sí mismos y se encuentran en el centro. Al igual que la mayoría de nuestras danzas tradicionales, el gato tiene dos partes: Primera y Segunda. En esta danza la Segunda se baila igual que la Primera, habiendo quedado los bailarines enfrentados y en bases opuestas.
Se reconocen distintas variantes del gato que implican pequeñas modificaciones coreográficas, sin perder su esencia. Entre ellas encontramos el Gato Cuyano, Bonaerense, Cordobés, Encadenado, Polkeado y con Relaciones.