El Atajacamino es un ave solitaria que descansa durante el día, tiene unos ojos muy grandes que brillan en la oscuridad cuando se los iluminan, tal como sucede con los de los gatos. Tiene unas patas muy pequeñas y cortas, y una de sus uñas termina en en forma de peinecito.
En algunas zonas a los atajacaminos se los llama chotacabras, nombre que proviene de la antigua creencia que tenian las personas de que estas cabras chupaban la leche de las ubres de las cabras domésticas. La denominación de atajacaminos puede ser la traducción del nombre quechua de estas aves que es ñaan-arcaj, o de la leyenda que cuentan sobre un gaucho que asaltaba en los caminos, y que fue se supono que se ha transformado en una de estas aves.
Recíbe como nombre científico Hydropsalis torquata furcifera, en Argentina se lo puede encontrar en Misiones, Chaco, Formosa, y de San Luis hasta La Pampa, más fácilmente a los 1000 m.s.n.m. Habita los sectores de matorrales de ecotono, estepas arbustivas, claros del bosque los caminos de esos ambientes.
Se alimenta de invertebrados, tiene hábitos nocturnos y es de canto muy monótono. Cuando el sol comienza a bajar se sitúa en los caminos para salir de repente ante los transeúntes.
Los atajacaminos pertenecen al arden de los caprimulgiformes, y está compuesto por cinco familias de aves nocturnas, los Esteatornítidos con una única especie que es el guácharo, los Podárgidos, Egotélidos, Nictíbidos, y los Caprimúlgidos.
Habita las zonas abiertas con árboles o arbustos aislados, los montes naturales e implantados e incluso en poblados. Y su dieta se basa principalmente en los insectos que captura en el aire cuando efectua los vuelos acrobáticos, para poder atraparlos con su pico corto y ancho.
Sus poblaciones son bastante estables, y no presenta riesgo en su conservación. Y en lo que respecta a su distribución se puede encotrar a dicha especie en Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay, en Argentina por todo el norte hasta el sur de las provincias de La Pampa y Buenos Aires.
