Carro Quemado es una pequeña localidad ubicada al noroeste de la provincia de La Pampa, a unos 100 km de la ciudad de Santa Rosa. Es un pequeño pueblo conformado por sólo 25 manzanas donde habitan no más de 300 personas.
Su nombre proviene de un curioso acontecimiento que se habría dado en la época donde los ranqueles, pueblo étnico originario, dominaba estas tierras. Al parecer, el General Aldao se habría cruzado con un grupo de indígenas que lo obligaron a abandonar la carreta donde viajaba. Los ranqueles tomaron las provisiones del carro y lo prendieron fuego, bautizando desde aquel momento al lugar como “carreta quemada”
Rodeado de hectáreas de campos de cultivo y bosques de caldenes, paisaje típico de la región pampeana, en Carro Quemado se mantiene la esencia de la cultura argentina rural: siestas por la tarde, vecinos en la vereda o en la plaza principal tomando mate y gente laboriosa dedicada a sus tierras.
Años antes de la fundación oficial del pueblo, por aquellas tierras existía una humilde escuelita, la N° 159, que convocaba a niños de los campos y localidades cercanas. Aquel colegio junto con una oficina de correo, fueron los pilares para el establecimiento del núcleo urbano Carro Quemado en 1924. La Escuela N°159 aún funciona y se puede ir a visitar.
En las cercanías de Carro Quemado, también podremos visitar el Museo Atelier Antonio Ortiz Echagüe, Patrimonio Histórico Nacional, que reúne las obras en lienzo y retratos del aclamado artista español.
Turismo de Estancia en Carro Quemado
El turismo rural es una de las actividades principales de Carro Quemado. La localidad cuenta con elegantes estancias que antaño supieron ser el hogar de importantes terratenientes y que en la actualidad han sido refaccionadas para brindar hospedaje y una serie de actividades de campo a los turistas.
Entre las estancias más destacadas de Carro Quemado, debemos mencionar la Estancia La Holanda, donde se encuentra el antes mencionado Museo Atelier Antonio Ortiz Echagüe. La estancia construida en 1910, mantiene la arquitectura típica de la época, y ofrece una estadía interesante y placentera.
En las estancias se pueden realizar diversas actividades como cabalgatas, trekking, actividades de agroturismo o degustar comidas típicas criollas.
