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¡Vierte jugo de tomate en leche hirviendo! ¡Ya no iré a la tienda! Solo 3 ingredientes

Si eres amante del queso y disfrutas experimentando en la cocina, esta receta casera es para ti. Con solo tres ingredientes simples, puedes hacer un queso especial en casa, sin necesidad de complicados procesos o ingredientes difíciles de encontrar.

Esta receta utiliza leche, jugo de tomate y kéfir, creando un queso fresco y suave, perfecto para acompañar en desayunos, ensaladas o como un aperitivo único. ¡Te sorprenderá lo fácil y rápido que es prepararlo!

Índice

    Cómo preparar Queso a base de leche y tomate

    Este queso casero es perfecto para disfrutarlo solo o en combinación con hierbas frescas, aceitunas o especias. Con esta receta fácil y rápida, ¡no tendrás que volver a la tienda a comprar queso!

    Ingredientes

    • 1 litro de leche
    • 250 ml de jugo de tomate
    • 250 ml de kéfir (ver como reemplazarlo más abajo)
    • 1-2 cucharaditas de sal (opcional y al gusto)

    Instrucciones

    1. Calienta la leche: En una olla grande, vierte el litro de leche y caliéntala a fuego medio. Lleva la leche a punto de ebullición, pero evita que hierva en exceso para mantener la consistencia adecuada.
    2. Añade el jugo de tomate: Una vez que la leche esté bien caliente, vierte los 250 ml de jugo de tomate lentamente, mientras remueves suavemente. Notarás que la mezcla comenzará a cuajar y separarse en grumos, ya que la acidez del tomate ayuda a cortar la leche, formando la base del queso.
    3. Incorpora el kéfir: Agrega los 250 ml de kéfir y continúa removiendo. El kéfir aporta un sabor suave y ligeramente ácido, además de ayudar en el proceso de cuajado. La mezcla debería seguir separándose en sólidos y líquidos (suero). Mas abajo, te contaré como lo puedes reemplazar de forma sencilla.
    4. Agrega la sal: Añade 1-2 cucharaditas de sal, o al gusto, para sazonar el queso. Remueve nuevamente para que la sal se distribuya de manera uniforme.
    5. Cuela la mezcla: Cuando la leche esté completamente cuajada, vierte la mezcla en un colador cubierto con una tela de queso o un paño limpio. Deja que escurra todo el suero durante unos 15-20 minutos, hasta obtener la textura deseada.
    6. Refrigera y sirve: Tras el escurrido, coloca el queso en un recipiente y refrigéralo al menos una hora antes de servir. Esto permitirá que el queso se compacte y adquiera más sabor.

    Te recomendamos: Queso casero a partir de un yogurt ¡la receta que necesitabas!

    Como reemplazar Kéfir

    Para reemplazar el kéfir de forma sintética o en recetas donde no esté disponible, puedes combinar otros ingredientes que imiten su sabor y textura. Aquí tienes algunas opciones:

    1. Yogur diluido: Mezcla yogur natural (preferentemente sin azúcar ni sabor) con agua o leche en una proporción de 3 partes de yogur por 1 parte de agua o leche. Esto dará una textura similar y un sabor ligeramente ácido.
    2. Suero de leche (buttermilk): Si tienes suero de leche a mano, también funciona bien como sustituto, ya que comparte una acidez y textura parecidas al kéfir. Usa la misma cantidad que indica la receta.
    3. Leche y jugo de limón o vinagre: Agrega una cucharada de jugo de limón o vinagre blanco a una taza de leche, mezcla y deja reposar unos 5-10 minutos. La mezcla se cortará ligeramente y adquirirá una acidez similar al kéfir.

    Estas opciones imitan la acidez y consistencia del kéfir, pero carecen de los probióticos que lo hacen tan beneficioso para la salud.

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