Seguramente nos ha pasado alguna vez estrenar un par de zapatos nuevos, pero lamentablemente nos comienza a doler en algunos puntos de nuestros pies. Sabemos muy bien lo incómodo que resulta caminar cuando esto nos sucede.
Quizás tenemos una fiesta o un evento especial y contábamos con estos zapatos para la ocasión, razón por la que hay que buscar una solución rápida.
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Afortunadamente, hay trucos de los que podemos valernos para hacer que nuestros calzados se adaptan más a nuestros pies y sean más cómodos.
Sin demorarnos más, veamos a continuación algunos consejos y trucos sencillos pero que mucho ayudarán si los aplicamos:
1- Medias gruesas
Este es el primer consejo que podemos seguir, antes de salir a la calle con nuestros zapatos nuevos, la recomendación es colocarnos un par de medias gruesas y usar los zapatos mientras estamos en casa.
De esta manera, los zapatos se acostumbrarán a la forma de nuestro pie, de hecho las medias al ser gruesas lograrán expandir un poco la forma. Esto servirá mucho para que al momento de salir a la calle el calzado no estén tan comprimidos.
2- Secador de pelo
El truco de usar el secador de pelo es solo para buscar una solución urgente, con el secador de pelo encendido lo vamos pasando alrededor de los zapatos. Es decir, por su parte exterior le vamos dando calor con la idea de que el material de los zapatos se extienda y se haga más flexible.
3- Crema hidratante, vaselina o talco
La sugerencia es aplicar un poco de la crema o loción cremosa en las zonas ásperas de los zapatos, como así también puede ser la vaselina o el talco en el interior del calzado.
Sin duda, estos productos aplicados ayudarán a la tela interna de los zapatos para que sean más suaves, cómodos y fácil de calzarnos.
4- Plantillas de espuma o silicona
Las plantillas son de gran utilidad porque su material es más suave, con silicona o espuma. Ayudan a que los zapatos sean más cómodos para el pie, evitan ampollas y hematomas.
5- Lijar la suela de los zapatos
Una idea si usamos zapatos con suela resbaladiza, podemos utilizar cola de zapatero y una lija. Procedemos a cortar y pegar la lija en la suela de nuestros zapatos, para caminar más seguro y sin correr riesgo de sufrir alguna caída.
Consejos y Tips:
Un consejo pero que ayuda mucho es colocarnos algunas curitas en puntos específicos de nuestros pies. Como por ejemplo, en la parte de los talones donde se forman ampollas o en áreas donde nos parezca más conveniente.
Hay otro truco pero es un poco controversial pero si queremos intentarlo, podemos hacerlo. Es colocar una bolsa con agua caliente en el interior de los zapatos pero asegurándonos de que no tengan ninguna perdida, una vez que lo pongamos así lo llevamos al congelador durante toda una noche.
Los resultados serán que al expandirse el agua y congelarse, lo mismo pasará por toda la superficie y hasta ganará volumen al convertirse en hielo. De esta forma, los zapatos se estirarán ligeramente. Este método queda en nosotros si queremos probarlo.
