Si eres amante de la raclette pero no tienes aparato en casa o simplemente te sobró queso en la nevera, esta receta es para ti. Te propongo una tarta raclette sin masa, sin gluten, muy fácil de preparar y que seguro dejará a todos con la boca abierta. La base se hace con patatas, y el resultado es dorado, crujiente y lleno de sabor.
Ingredientes principales
-
2 patatas grandes (aprox. 600 g)
-
Un chorrito de aceite de oliva
-
2 cucharaditas de crema fresca (o de cebollino)
-
Un puñado de pepinillos en trocitos
-
2 o 3 lonchas de jamón (o charcutería al gusto)
-
1 capa de pastrami (opcional)
-
Lonchas de queso raclette (o emmental, mozzarella, etc.)
Preparación paso a paso
1. La base de patata
-
Cocina las patatas en agua hasta que estén blandas (20-30 minutos o 10 en olla a presión).
-
Colócalas en un molde de 24 cm con papel de horno.
-
Aplástalas con un tenedor y presiona bien con las manos para formar una base firme.
-
Añade un chorrito de aceite de oliva para que se dore mejor.
-
Hornea a 180 °C durante 40 minutos hasta que quede dorada y crujiente por los bordes.
2. El relleno
-
Unta la base con crema fresca.
-
Reparte los pepinillos picados.
-
Agrega las lonchas de jamón y una capa de pastrami.
-
Cubre todo con el queso raclette o el sustituto que elijas.
3. El horneado final
-
Lleva la tarta al horno a 200 °C durante 10 minutos, hasta que el queso esté completamente fundido, dorado y burbujeante.
-
Deja reposar unos minutos antes de cortar y servir.
Consejos y recomendaciones
-
Puedes sustituir la charcutería por pollo asado, pavo, beicon o incluso una versión vegetariana con verduras salteadas.
-
Para un sabor más intenso, añade pimienta, tomillo o cebollino a la base.
-
Acompaña esta tarta con una ensalada verde o verduras a la plancha para equilibrar la comida.
-
De bebida, combina perfecto con un vino blanco ligero o un zumo de manzana natural.
Para una mayor comprensión de este contenido te invitamos a ver el siguiente video del canal de Un día una receta:
Esta tarta raclette es la forma perfecta de disfrutar de todo el sabor del queso fundido, sin necesidad de aparato especial y sin usar harina ni gluten. Una receta sencilla, versátil y deliciosa, ideal para sorprender en una cena acogedora o aprovechar lo que tengas en la nevera.