Tarta alta de jamón, queso, huevo y tomate

Preparación

Masa

Primero que nada para preparar la masa, vamos a hacer el fermento. En un recipiente ponemos la leche y le agregamos la levadura junto una cucharadita de harina. Revolvemos bien y dejamos reposar hasta que veamos que comienza a espumar.

Por otro lado utilizamos un bol para poner la harina, ahuecamos y le agregamos el huevo, la sal y el fermento. Comenzamos a amasar hasta que se integren todos los ingredientes.

Cuando vemos que ya se han integrado bien, es el turno de la manteca. Desarmamos un poco la masa, agregamos la manteca en cubitos y amasamos. Siempre que hacemos una masa que tenga manteca, se aconseja de no amasar mucho, por esta razón es que la agregamos a lo último.

Ahora dejamos reposar la masa y cuando veamos que duplica su volumen, amasamos nuevamente y separamos el bollo en dos partes. Llevamos a la heladera y dejamos reposar como mínimo por una hora.

Pasado este tiempo estiramos la masa formando los discos para pascualina, estiramos sin afinar demasiado la masa. Vamos a utilizar una bizcochera de 26 cm, le ponemos un chorrito de aceite y esparcimos bien, forramos con una de las tapas y llevamos a la heladera.

Relleno

Para el relleno debemos preparar este sencillo ligue, colocamos los huevos en un recipiente junto con la crema, la nuez moscada, la pizca de sal y la pimienta.

Agarramos la bizcochera y comenzamos con el armado.

Ponemos 100 gramos del jamón cocido como base y otros 100 g de queso en fetas. Agregamos una parte de los tomates cortados en rodajas no muy finas.

A muchos de nosotros no nos gusta el tomate en las tartas ya que suele largar demasiada agua y le da como un gustito ácido a la tarta. Sin embargo en estas recetas no podemos dejar de usarlo, ya que le da ese toque de frescura justo que necesitamos para este tipo de comida.

Esto tiene solución… cortamos los tomates en rodajas y llevamos al horno hasta que vemos que desprende todo su jugo. De esta manera te quedarán los tomates listos para usar en cualquier clase de tarta sin preocuparte de que le de un gusto desagradable a nuestra preparación.

Volviendo al relleno, ya teníamos el jamón, el queso y los tomates. Agregamos una parte de los huevo duros picados en trocitos y volcamos por encima un chorrito del ligue.

Repetimos la operación, por encima ponemos otros 100 gramos de jamón, 100 gramos de queso, la capa de tomate y los huevos duros. Volcamos un poquito del ligue y repetimos pero esta vez sólo irá la capa de jamón y queso. Volcamos todo lo que nos queda del ligue y tapamos con la tapa haciendo el repulgue para taparla, pincelamos con huevo y pinchamos con tenedor.

Llevamos al horno hasta que se dore y luego desmoldamos con cuidado para que no se nos quiebre.

Fuente e imagen: El Gourmet

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