Nada se compara con el aroma y la textura de un pan casero recién horneado, especialmente cuando se trata de una receta que ha pasado de generación en generación. Hoy te compartimos una receta de pan que ha sobrevivido el paso del tiempo, transmitida a lo largo de un siglo, llena de amor y tradición familiar.
Este pan casero es suave por dentro, con una corteza crujiente, y está hecho con ingredientes simples pero llenos de historia. Con solo unos pocos pasos, podrás disfrutar en tu hogar de un pan como el que hacían nuestras abuelas.
Índice
Cómo preparar Receta de pan casero
Este pan, con su corteza crujiente y su miga suave, es perfecto para acompañar cualquier comida o disfrutar solo, con un poco de mantequilla.
Ingredientes
- 1 cubo de levadura fresca
- 15 g de margarina, grasa blanca o manteca
- 10 g de sal
- 450 g de harina de trigo, tipo 550 (fuerza panadera)
- 280 ml de agua tibia
Preparación
- Preparar la levadura: Desmenuza el cubo de levadura en un bol pequeño. Añade un poco del agua tibia (no toda) y mezcla bien hasta que la levadura esté completamente disuelta. Deja reposar la mezcla durante unos 5 a 10 minutos para que se active.
- Formar la masa: En un bol grande, coloca la harina de trigo y haz un hueco en el centro. Agrega la mezcla de levadura, la margarina (o manteca), y el resto del agua tibia. Añade la sal en uno de los bordes del bol, evitando que toque directamente la levadura, ya que podría inhibir su crecimiento.
- Amasado: Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea. Luego, transfiere la masa a una superficie enharinada y amasa durante unos 10 a 15 minutos. La masa debe quedar suave y elástica.
- Primera fermentación: Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrela con un paño húmedo y déjala reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que haya duplicado su tamaño.
- Formar el pan: Después de que la masa haya levado, desgasifícala presionando suavemente para eliminar el aire. Dale la forma deseada (puede ser en barra, redondo o en moldes de pan).
- Segunda fermentación: Coloca el pan formado en una bandeja de horno o molde ligeramente enharinado y déjalo reposar de nuevo, cubierto, durante unos 30 minutos.
- Horneado: Precalienta el horno a 220°C. Hornea el pan durante unos 25 a 30 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y, al golpear la base, suene hueco.
- Enfriado: Retira el pan del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla. Es importante dejar que se enfríe completamente para que la miga termine de asentarse.
Cada bocado será como viajar en el tiempo, recordando las manos trabajadoras de nuestras abuelas y el amor con el que horneaban para sus familias.
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Consejos
Aquí tienes cuatro consejos para que tu pan casero salga perfecto:
- Usa ingredientes a temperatura ambiente: Asegúrate de que todos los ingredientes, especialmente la levadura, el agua y la manteca o margarina, estén a temperatura ambiente. Esto facilita el proceso de fermentación y ayuda a que la masa suba mejor.
- Amasa bien la masa: El amasado es crucial para desarrollar el gluten en la harina, lo que le da al pan su textura elástica. Amasa durante al menos 10-15 minutos o hasta que la masa esté suave y elástica. Esto hará que tu pan tenga una buena estructura y sea más esponjoso.
- Respeta los tiempos de fermentación: La paciencia es clave. Deja que la masa repose y duplique su tamaño antes de formarla y luego permite una segunda fermentación. Esto mejorará la textura del pan y le dará un sabor más profundo.
- Humedece el horno para una mejor corteza: Coloca un recipiente con agua en el horno durante los primeros minutos de cocción o rocía agua sobre la masa justo antes de hornearla. Esto crea vapor, ayudando a formar una corteza crujiente y dorada.