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¿Qué pasa si orinamos en la ducha?

Orinar en la ducha es una práctica que genera opiniones divididas, pero puede tener ciertos beneficios y también algunos perjuicios.

Aquí te ofrecemos una explicación detallada para que puedas decidir si es una costumbre que deseas adoptar o evitar.

Índice

    Beneficios de orinar en la ducha

    1. Tratamiento de infecciones por hongos:
      La orina es un líquido estéril que contiene componentes como la urea, que tiene propiedades antimicrobianas. Orinar en la ducha podría ayudar a combatir infecciones por hongos, como el pie de atleta, debido a estas propiedades. Aunque no es un tratamiento médico oficial, algunas personas han encontrado alivio en estas condiciones aplicando la orina directamente sobre la piel afectada.
    2. Calma y alivio para la piel:
      Además de ayudar con infecciones por hongos, la orina podría ser útil para calmar irritaciones en la piel, como el eccema o la psoriasis. Al estar en contacto con la piel, la urea podría tener un efecto calmante, aliviando el picor y relajando los tejidos inflamados o irritados.
    3. Fortalecimiento del suelo pélvico (para mujeres):
      Cuando las mujeres orinan en cuclillas en la ducha, este acto contribuye al fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico. Este tipo de ejercicio es importante para prevenir problemas como la incontinencia urinaria y mejorar el control de la vejiga.
    4. Contribución al medioambiente:
      Orinar en la ducha puede ser beneficioso desde una perspectiva ecológica. Al evitar el uso del inodoro, se reduce el consumo de agua, ya que no es necesario tirar de la cadena. Se estima que una persona puede ahorrar hasta 15 litros de agua por semana y, a largo plazo, incluso se puede ahorrar en papel higiénico. De esta manera, orinar en la ducha podría tener un impacto positivo en la reducción de recursos.

    Perjuicios de orinar en la ducha

    1. Condicionamiento del cerebro:
      Uno de los principales perjuicios es que el cerebro podría comenzar a asociar el sonido del agua corriendo con el acto de orinar. Esta conexión neurológica puede ser problemática a largo plazo, ya que puede desencadenar deseos de orinar cada vez que escuches agua, como cuando lavas platos, te cepillas los dientes o simplemente te lavas las manos.
    2. Cuestiones de higiene:
      Aunque la orina es estéril, si no se limpia adecuadamente, puede generar acumulación de residuos en la ducha. Esto, a su vez, podría generar malos olores y posibles infecciones si no se mantiene una adecuada limpieza del área de baño. A pesar de que la orina fresca es generalmente inofensiva, si se mezcla con agua y jabón, los residuos pueden quedarse adheridos en el desagüe o la superficie de la ducha.
    3. Riesgo de desarrollar un mal hábito:
      Al condicionar el cerebro con el sonido del agua, podrías desarrollar un mal hábito que te empuje a orinar en cualquier contexto similar, lo que no es saludable a largo plazo. Especialistas advierten que este tipo de condicionamiento puede influir en tu capacidad de controlar los deseos de orinar en otras situaciones.
    4. Impacto psicológico y social:
      Algunas personas pueden experimentar rechazo o incomodidad al orinar en la ducha, ya que puede ser visto como un comportamiento sucio o poco higiénico. En situaciones donde compartas un baño, esto puede generar conflictos o incomodidades con otros, afectando la convivencia.

    Orinar en la ducha tiene beneficios potenciales para la salud y el medioambiente, pero también conlleva riesgos relacionados con la higiene y el condicionamiento del cerebro. Es importante evaluar ambos lados y, si decides probarlo, mantener una buena higiene y no hacerlo un hábito permanente.

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