¿Quién no ha experimentado los ojos ardientes y las lágrimas involuntarias al cortar cebollas?
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El culpable de esta incomodidad es el ácido sulfúrico, un gas liberado durante el corte que irrita los ojos. La solución es simple: congelar las cebollas.
Por Qué Congelar Cebollas
Evitar el Drama de las Lágrimas al Cortar
¿Quién no ha experimentado los ojos ardientes y las lágrimas involuntarias al cortar cebollas?
El culpable de esta incomodidad es el ácido sulfúrico, un gas liberado durante el corte que irrita los ojos. La solución es simple: congelar las cebollas.
Al colocar las cebollas en el congelador durante aproximadamente 15 minutos antes de cortarlas, se puede evitar este problema.
El frío desalienta la liberación del gas irritante, permitiendo cortarlas sin lágrimas y sin drama, manteniendo todo su sabor.
Preservando Calidad y Aroma
Además de proteger los ojos de emociones no deseadas, congelar las cebollas ofrece muchas ventajas.
La calidad y el aroma de estos bulbos aromáticos se conservan por más tiempo gracias a un proceso que implica un choque térmico antes del congelamiento.
Sumergir las cebollas en agua hirviendo sin sal durante dos minutos y secarlas completamente asegura que conserven la textura deseada y evita olores no deseados en el congelador.
Economizando Tiempo y Siempre con Ingredientes Frescos
Congelar cebollas no solo preserva la calidad, sino que también ahorra tiempo y dinero.
Permite comprar en grandes cantidades durante ofertas o épocas de cosecha, garantizando un suministro constante y fresco de este ingrediente esencial.
La conveniencia se extiende aún más: pica las cebollas antes de congelarlas, sepáralas en porciones individuales y ya no tendrás que preocuparte por descongelar más de lo necesario.
Simplemente toma la porción deseada y úsala directamente en la sartén, simplificando la preparación de las comidas.
Método de Congelación
Ingredientes:
- Cebollas (la cantidad que quieras)
Preparación:
- Pica las cebollas con un picador o procesador de alimentos.
- Distribuye las cebollas picadas en pequeños sacos o recipientes.
- Coloca los sacos o recipientes en una bolsa de congelación grande o utiliza frascos o bolsas reutilizables si están disponibles.
- Sella bien la bolsa de congelación para evitar olores y quemaduras del congelador.
- Etiqueta la bolsa con la fecha para facilitar la identificación.
- Guarda la bolsa en el congelador.
Siempre que necesites cebollas picadas para cocinar, retira una porción del congelador y úsala directamente en la sartén, ya que se cocinan bien incluso cuando están congeladas.