Leyenda del arco iris

Leyenda del arco iris

Cuando hablamos del arco iris de inmediato pensamos en él como un fenómeno meteorológico, sin embargo más allá de eso a simple vista, se desprende un mensaje o simbolismo de una nueva etapa o de un nuevo comienzo. Con razón la aparición del Arco Iris siempre nos sorprende e ilumina el rostro, sin duda sus rayos transmiten un mensaje de esperanza.

De hecho, los diversos pueblos, las diferentes culturas y tradiciones, como así también los mitos y las leyendas, tienen sus propias formas de comprender este mensaje.

A continuación una interesante y maravillosa Leyenda del Arco Iris en forma de cuento simbólico y mágico:

Leyenda del Arco Iris 

Cuenta la historia de esta leyenda que tuvo lugar hace muchísimo tiempo, como todos los colores empezaron a pelearse y haciendo alardes de la importancia que tiene cada uno pero poniéndose por encima de los demás. Realmente se armó todo un conflicto de rivalidad y de superioridad, cada uno creyéndose más importante que el otro.

A continuación se alistan cada color y lo que cada uno pensaba de si mismo:

El verde dijo:

  • Yo soy el más importante, porque represento la vida y la esperanza. Fui elegido para ser el color de la hierba fresca, los árboles frondosos y las hojas…estoy presente en la mayoría de las cosas vitales.

El azul intervino diciendo:

  • Te estás centrando únicamente en la tierra, pero también hay que tener en consideración el cielo y el mar. El agua es la base de la vida y el cielo da libertad y paz, imprescindibles para la vida.

El amarillo soltó una risita y dijo:

  • Que serios que son ustedes, en cambio yo traigo el calor, la vida, las risas y el regocijo. Si no hay alegría, no hay energía ni vida.

Cuando le toco el turno al color Naranja, dijo lo siguiente:

  • Yo soy el color que simboliza la salud y la fortaleza, aunque no este en todas partes soy necesario para las necesidades de la vida. Además soy el que transporto las vitaminas más importantes, podemos pensar en las zanahorias, las naranjas y la calabaza, entre otros alimentos esenciales para la vida humana.

Al fin el rojo pudo intervenir y decir:

  • Yo soy el color del valor, de la sangre que da vida. También soy el color de la valentía y de la lucha, así como de la pasión y del amor.

El Púrpura no aguantó más y expresó en voz alta:

  • Yo soy el color del poder, de la sabiduría, de la abundancia. Con soberbia aseguró que los reyes, los jefes, los hombres de poder, siempre lo eligen y nadie lo cuestiona.

Finalmente hablo el color añil o también llamado índigo asegurando con tranquilidad:

  • Yo soy el color del silencio, que pasa desapercibido pero soy el símbolo de la reflexión y del pensamiento. Soy muy necesario para conseguir el equilibrio y la paz interior.

Así surgió esta acalorada discusión y se mantuvo por un rato, hasta se elevo de tono. Pero de repente sacudió el lugar un relámpago de luz blanca y la lluvia comenzó a caer de manera implacable que logró que los colores se juntaran entre si para protegerse de la furiosa tormenta.

Ahora la lluvia interrumpió la discusión y les dijo: 

  •  Se dirigió a los colores y les dijo si estaban locos porque se disputaban quien era el mejor o el más sobresaliente, con el fin de dominar al compañero. Los hizo reflexionar de que cada uno fue creado con un propósito especial, único y diferente.

De esta manera, la lluvia los invito a que se unan tomados de la mano y que cada vez que llueva cada color se estire a través del largo cielo en forma de arco y lleno de color. Tal acción demostrará de que todos podemos vivir en paz, que la lluvia se presenta para lavar al mundo y el gran Arco Iris atraviesa el cielo como recordatorio de que todos debemos tenernos en cuenta «unos a otros».

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