Lakooma, el monstruo de los confines del mundo

Tierra del fuego, una tierra según contaba la leyenda que le pertenecía a Lakooma, el monstruo de los confines del mundo.

Un lugar imponente y de extraordinarios paisajes, pero que a la vez se vuelven temerarios, de vientos huracanados y frío extremo.

Ciertamente hasta los más expertos navegantes de la historia sucumbieron a la experiencia de recorrer aquellas aguas peligrosas, y aunque algunos no pudieron contarlo sus embarcaciones terminaron estrelladas en los grandes peñascos.

Otros optaron por no volver nunca más, por estos sucesos se instalaron algunas leyendas sobre comunidades aborígenes caníbales.

En aquel extremo sudeste de la Argentina, los alrededores de la Isla Grande de Tierra del Fuego, el Canal de Beagle y la Isla de los Estados ofrecen paisajes de ensueño, y una vida natural que es al mismo tiempo una reserva para el planeta.

Habitantes legendarios

En aquel lugar del sur, hace unos 10 mil años, entre ellas los yaganes que amaban el agua y allí vivian.

Eran hábiles pescadores los yaganes, quienes conocían como nadie su territorio y por eso recorrían con sus canoas cada rincón de la isla. Sabían muy bien que le debían respeto a la naturaleza, conservaban algunos secretos y muchos temores.

Además ellos se consideraban los únicos sobrevivientes del gran diluvio, refiriéndose a la vez que la luna cayó al mar montado sobre la isla Gable y a la deriva. Cuando finalmente se detuvo y la luna regreso a su lugar habitual, precisamente ellos pudieron resistir y poblaron la tierra.

Solo los yaganes eran capaces de describir detalladamente la geografía del lugar a muchos kilómetros, que en la actualidad es Ushuaia. Un lugar entre cuevas, lagos y bahías. Pero también un lugar que se caracterizaba por las historias de monstruos legendarios que amenazaban a los desprevenidos.

Según los relatos de los yaganes, en los bosques vivían los hombres salvajes que tenían la cabeza mitad calva de frotarse contra la corteza de los árboles.

También se encontraban los espíritus de los ahogados que andaban rondando el territorio, hasta los parientes de muchos desdichados que morían en aquellas aguas. Por eso, encendían una fogata en la ribera para que pudieran calentarse en silencio.

El temido Lakooma

Sin duda, era el más temido de todos los monstruos que vivía en alguno de aquellos lagos misteriosos. De hecho, podrían ser varios de esta especie que podrían encontrarse en los laberintos de sus canales.

Justamente sorprendía a quienes no estuvieran atentos y los arrastraba hasta las profundadas acuosas, con sus remolinos los devoraba llevando consigo a embarcaciones enteras y sus navegantes.

Algunos describían a Lakooma como una mano gigante que emergía desde las aguas heladas, y podía apoderarse de sus vidas en un instante. Otros aseguraban haberlo visto cerca de las rocas, como así también aseguraban haberlo visto reposando sobre los islotes los días de lluvia.

La obra del autor Esteban Lucas Bridges conocida como «El último confín de la Tierra», relata sus vivencias en Tierra del Fuego y cita precisamente la leyenda del Lakooma, la cual aprendió de la mano de los yaganes. Él mismo relata que en una ocasión transitando la zona de los montes «Guanacos» cruzó un lago congelado, y en un momento percibió que adelante se abría un gran agujero. Transito por el borde con mucha precaución rodeándolo y afirma «había estado al borde de la guarida del Lakooma». El autor atribuye finalmente este misterio a una posible causa natural. 

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