Jote Real

Jote real entero

El jote real (Sarcoramphus papa), es también conocido como Cóndor real o Rey Zamuro. Pertenece a la familia Catartidae, es decir “los que limpian”, debido a que son carroñeros (animales muertos). A menudo son los primeros en encontrar la carroña y realizar el corte inicial, ya que poseen un muy buen sentido del olfato y un gancho apical en el pico que les facilita esta tarea. Luego llegan otros carroñeros con quienes comparten el alimento (como el jote de cabeza negra).

Se distribuyen desde el sur de México hasta el norte de Argentina. Su hábitat son los bosques tropicales y selvas, generalmente lejos de los asentamientos humanos. Principalmente de 0 a 1500 m pero en el lado  Este de los Andes localmente hasta altitudes templadas a 2500 m y vagando ocasionalmente hasta 3300 m. Esta especie es muy llamativa por su coloración y tamaño, mide 76 cm. y presenta casi 2 metros de envergadura alar.

Presentan la cabeza desnuda, con cuello y carúncula anaranjados, collar plomizo e iris blanco. El cuerpo es negruzco cuando son juveniles y luego se va aclarando a blanco con remeras y cola negra. El pico tiene un gancho apical que le permite abrir el cuero de los animales muertos. Las alas son largas y anchas con cubiertas cremosas. Las patas son robustas y no poseen garras, su dedo posterior es reducido (no funcional), por lo cual no tiene fuerza prensil (no puede “agarrar” ni “levantar” animales, como si lo hacen las águilas).

Jote Real

Sexos similares, pero el macho es algo mayor en promedio y tiene una carúncula de mayor tamaño y más colgante en la base del pico; el joven y los estadios inmaduros hasta los cuatro o cinco años son bastante distintos. La ausencia de siringe los hace virtualmente mudos. Durante el cortejo, suelen inflar o enrojecer la piel de la cara. Colocan de uno a dos huevos blancos o manchados. Se refrigeran vertiendo excrementos sobre sus patas dejando que se evaporen.

La UICN lo cataloga como de preocupación (2014). Sin embargo, hay evidencia que sugiere una disminución de la población, aunque no parece ser suficientemente significativo para que sea incluida en la lista de especies vulnerables. Esto se debe principalmente a la destrucción de su hábitat y a la caza furtiva. Su costumbre de posarse en árboles altos y volar a una gran altitud, dificultan el monitoreo de esta especie.

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