Historia del violin en argentina ¿Cómo ingreso en el folklore?

Sin duda alguna, el «Violín» es uno de los instrumentos más populares y utilizado en el mundo entero. No es raro que esto suceda ya que su maravilloso sonido melodioso y refinado, tiene un poder hipnótico para cualquiera que lo escuche.

De hecho, las grandes orquestas del mundo se lucen con la sección de violines para ejecutar las notas más agudas, antiguas y famosas. La fama de este instrumento se extiende hacia Argentina convirtiéndose en un instrumento criollo.

Historia del violín en nuestro país

Su origen no es preciso como sucede con otros instrumentos musicales, al parecer en la zona chaqueña existe el «Nataijasolé», que son pequeños arcos. El arco mayor esta sostenido con la boca del que lo está utilizando y el pequeño con unas de sus manos, frotando las cuerdas del mayor con las pequeñas.

violin en folklore

A partir del siglo XVI, se cree que su antecedente fue el rebab que tiene un origen árabe. Precisamente en ese periodo se podía observar en las pinturas, instrumentos musicales similares al violín.

En Argentina, en las zonas Centro-Norte posiblemente por la influencia de los padres jesuitas y especialmente el Santo Patrono del Folklore, Francisco Solano. Era habitual ver el uso del violín y el bombo en las misas y ceremonias religiosas, también era común acompañarlos con la flauta.

  • En el campo era común encontrarse con violines industriales heredados de generaciones pasadas, como así también los trabajados a mano que se denominaban «hechizos».

Sus partes:

  • Se compone de 3 partes o piezas: tapa, fondo y faja. Claramente la faja sirve para unir las piezas, en la tapa podemos observar 2 perforaciones en forma de S o F. Luego se completa con el mango, además del clavijero donde se tensan las cuerdas y terminan atándose al cordal.

Gracias a este sublime instrumento nacieron estas populares canciones:

  • Mi abuelo tenia un violín.
  • Zamba del violinista.
  • Chacarera del violín.
  • Cueca del violín.
  • El violín de Becho.
  • El violín del monte.
  • El violín del violinero.
  • El violín de Tatacu.
  • Flauta, violín y tambor.

Cuando hablamos del violín nos viene de inmediato a la mente el músico y cantante del folklore argentino, Don Sixto Palavecino como se lo llamaba. Considerado un grande del folklore que obtuvo numerosos premios a lo largo de su trayectoria, recibiendo un reconocimiento a través del Premio Konex como uno de los mejores instrumentistas de la historia Argentina.

violin en el folklore argentino

Su historia de vida junto al violín es maravillosa, con tan solo 12 años tuvo su primer violín y comenzó de a poco a ejecutar las coplas quichuistas. Se caracterizo por ser un hombre humilde y de gran simpleza, por eso decía que era violinero no violinista, porque ellos son los que habían estudiado el instrumento.

En el caso de Don Sixto ejecutaba el instrumento por la sabiduría recibida de su madre, quien le había entregado su cualidad como aprendiz del monte. Él mismo construyó su primer violín y lo guardo durante un año, en el hueco de un tronco de algarrobo.

Su forma de hablar era pizcas de español en un mar de quichua, así fue quien sostuvo el intercambio cultural como herramienta para el crecimiento humano. De hecho, tradujo al quichua el «Martín Fierro» con la ayuda de un profesor de Texas, quien viajó a Santiago del Estero hasta completar este trabajo.

Por esta labor cultural recibió el Premio «Martín fierro», sin embargo nada de todo esto lo hizo vivir a la sombra de los premios y reconocimientos, sino más bien su simpleza y humildad lo llevo a apegarse a su camino.

Un camino al lado del instrumento que más quería, el violín. Como así también su idioma ancestral y su gente.

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