Historia del Bombo Legüero

Historia del Bombo Legüero

El Bombo Legüero es uno de los instrumentos principales y elementales en cualquier agrupación folclórica. Las profundas y graves notas de este instrumento membranófono son la guía clásica para el compás de cualquier estilo folclórico que se interprete, ya sea chacareras, zambas, vidalas o malambos.

El Bombo Legüero debe su nombre al hecho que supone que su sonido se puede escuchar a una legua de distancia. Es un instrumento muy popular del norte argentino, y su origen se ubica en la provincia de Santiago del Estero para luego expandirse en todo el territorio a partir del siglo XIX. En esta provincia mencionada, este instrumento era utilizado con otros fines fuera del musical: los gauchos de las tierras delimitaban los límites de sus territorios hasta donde se podía escuchar el sonido del bombo.

 

Orígenes del Bombo Legüero

Si vamos a hablar detalladamente de la historia del Bombo Legüero como parte de los instrumentos de percusión tradicionales de nuestra cultura musical, la verdad es que debemos remontarnos a la aparición del hombre en la tierra. Desde tiempos prehistóricos, el ser humano ha sentido la necesidad de expresarse mediante sonidos.

Así, el hombre comienza golpeando troncos huecos, rocas o utilizando su propio cuerpo para generara sonidos con el fin de comunicarse o para participar en ceremonias o rituales. Miles de años después, ésta forma de generar sonidos se reduce a la creación de este peculiar instrumento de variadas formas que recibe el nombre de bombo.

El Bombo Legüero propiamente dicho probablemente posea su origen en la época de las colonias. En el territorio americano, las pueblos originaros que habitaban estas vastas tierras ya utilizaban un instrumento de percusión de stas características, conocido como bombo nativo. El bombo nativo era el instrumento con el que se participaba en festividades y ceremonias.

Los españoles arribaron a América llevando consigo sus bombos militares que inspiraron a los originarios a utilizar anillos de madera y tensores, generando de esta manera, el nacimiento del bombo criollo.

 

Fabricación del Bombo Legüero

Tradicionalmente el Bombo Legüero se fabrica partiendo de un tronco ahuecado de ceibo, tala o quebracho blanco de unos 60 cm. de alto. La madera del ceibo es la más codiciada ya que asegura un buen sonido y larga vida útil del instrumento, pero debido al elevado costo de madera de ceibo en el mercado, es común encontrar Bombos Legüeros fabricados a partir de laminas de otras especies de árboles, como el guatambú o el cedrillo, que se apilan hasta generar el grosor deseado.Bombo- Legüero

El Bombo Legüero posee dos membranas o parches de cuero curtido de cabra, chivo u oveja. En ciertas regiones del país estos parches también se fabrica con cuero de burro o corzuela. Los Bombos Legüeros clásicos poseen un parche fabricado a partir de cuero de cabra en un extremo y un parche de cuero de de oveja en el otro extremo, lo cual le confiere la posibilidad de generar dos sonidos distintos.

Los parches se unen al cuerpo del Bombo Legüero mediante aros de maderas duras como el palo blanco y correas de suelo o cuero.

 

Tocar el Bombo Legüero

El interprete del Bombo Legüero es conocido como bombista. El músico suele tocar el bombo de pie con el instrumento sujeto a él con una correa, o bien con el bombo apoyado sobre el piso y el intérprete sentado detrás del mismo.

Bombo - LegüeroEl Bombo Legüero no permite generar muchas variaciones de sonido, pero su belleza radica en la profundidad de las notas que emite, dependiendo de la fuerza con la que se golpe y la tensión que exista en los parches del instrumento.

El Bombo Legüero se percute tanto en sus parches como en los aros de madera o bien en el cuerpo. Se golpea tradicionalmente con mazos de cuero llamados palillos. Tambien es común ver artistas tocando el bombo legüero con palillos de madera.

En nuestro país, de los bombistas más reconocidos podemos mencionar a Polo Román de Los Chalchaleros, Pascual Toledo, integrante del grupo que secunda al Chaqueño Palavecino, el reconocido Chango Nieto y Domingo Cura, el bombista más reconocido de Argentina.

 

 

 

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