Esta mal tratar a nuestro perro como si fuera un hijo

El fenómeno de tratar a las mascotas, sobre todo a perros y gatos, como miembros humanos de la familia es una práctica bien establecida que está aumentando en popularidad debido a la preferencia actual por los hogares con animales.

Por ejemplo, en España hay más mascotas registradas que niños menores de 14 años; según el Instituto Nacional de Estadística, hay 6.265.153 menores en el país, mientras que REIAC (Red Española de Identificación de Animales de Compañía) afirma que hay 13 millones de mascotas registradas.

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Las familias están empezando a tratar a sus mascotas como si fueran sus propios hijos, proporcionándoles comodidades similares. Esto incluye sentarlos a la mesa para cenar, permitirles dormir en la misma cama, llevarlos de paseo con un cochecito y mucho más.

¿Qué es humanizar?

Angélica González Barrera, teóloga y experta en comportamiento canino y educación en Waggo, afirma que humanizar a los animales implica atribuirles comportamientos típicamente humanos.

Esto incluye tratarlos como bebés o niños y no permitirles realizar actividades propias de su especie.

Por el contrario, Jorge Gallego Rodríguez, catedrático de Medicina de Urgencias, Medicina Interna y Toxicología Clínica, ha expresado su creencia de que este tipo de acciones hacia los animales de compañía es perjudicial.

No debemos tratar a una mascota como si fuera una persona. Aunque pasen a formar parte de nuestra familia, esto no nos da derecho a asimilarlos a los humanos.

Por eso debemos ser conscientes de lo que significa tener una familia multiespecie, que incluye tanto a humanos como a animales, pero sin mezcla de especies.

Es importante comprender el concepto y evitar frases como «mi hijo es mi mascota».

A pesar de parecer buenas para ellos, estas muestras de amor y atención pueden tener un efecto perjudicial en el comportamiento de los animales.

Consecuencias de la humanización en los perros

Conrado Clavijo, educador canino, consultor de comportamiento y creador del programa de adiestramiento canino Pilo, ha afirmado que la humanización puede provocar miedo o agresividad en los perros debido a su dificultad para adaptarse a los riesgos fuera del hogar.

Esto suele deberse a que los dueños sobreprotegen a sus animales y hacen cosas como llevarlos en brazos o apartar a otros perros cuando intentan olerles el ano o los genitales.

Otro resultado es la dificultad para interactuar, que puede ocurrir, por ejemplo, cuando el animal está vestido, ya que prendas como abrigos y chaquetas obstruyen el contacto visual y olfativo entre los perros.

El especialista señala que esto también ocurre cuando se emplean perfumes y esencias que ocultan el olor natural de la mascota o los olores de pulgas, trasero, genitales, cara, los que se crean durante la piloerección (proceso de erección de los pelos), lo que impide que se presenten o sean reconocidos a través del olfato.

Uno de los problemas más comunes es la ansiedad por separación, que puede identificarse por ladridos, comportamientos destructivos dentro de la casa como masticar o consumir las prendas de vestir de su dueño, temblores excesivos o reacciones enormes a la hora del encuentro que la gente interpreta como demostraciones de amor.