El hígado de vaca es un ingrediente lleno de nutrientes, pero muchas personas evitan prepararlo debido a su sabor fuerte o textura si no se cocina correctamente. Sin embargo, ¡un chef turco me enseñó un secreto para preparar el hígado de forma irresistible!
Con una técnica especial y algunos ingredientes clave, lograrás un hígado suave y sabroso, acompañado de cebollas caramelizadas y manzanas ligeramente dulces. Esta receta resalta lo mejor del hígado con un toque exótico de especias como el azafrán y el pimentón, que transforman este plato en una experiencia culinaria deliciosa.
Prepara Hígado de vaca como lo hacen en Turquía
Para preparar este delicioso hígado, vas a necesitar:
Ingredientes:
- 900 g de hígado de vaca
- 150 g de harina de trigo
- 2 manzanas
- 3 cebollas
- 8 cucharadas de aceite para freír (dividido entre el hígado, manzanas y cebollas)
- 1/2 cucharadita de azafrán (o cúrcuma)
- 1 cucharadita de pimentón
- Sal al gusto
- Pimienta negra al gusto
Preparación:
1.Preparar el hígado:
- Lo primero que debes hacer es retirar la película que recubre el hígado. Esto es clave para obtener una textura más suave.
- Coloca el hígado sobre una tabla de cortar, usa un cuchillo afilado y con mucho cuidado ve quitando la película. Asegúrate de dejarlo completamente limpio.
2.Ablandar el hígado:
- Una vez que hayas retirado la película, envuelve el hígado en papel film. Utiliza un martillo ablandador de carne para golpear suavemente las piezas.
- Esto hará que el hígado quede más tierno, lo que marcará la diferencia en la textura al cocinarlo.
3.Cortar el hígado:
- Después de ablandar el hígado, corta las piezas en tiras de aproximadamente 1-2 cm de grosor.
- Estas tiras permitirán que el hígado se cocine de manera uniforme y rápida.
4.Empanar el hígado:
- En un plato, mezcla la harina de trigo con el pimentón, sal y pimienta negra al gusto. Pasa las tiras de hígado por esta mezcla de harina para cubrirlas uniformemente.
- Esto ayudará a darle una costra crujiente al freírlas.
5.Freír el hígado:
- Calienta 4 cucharadas de aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté bien caliente, añade las tiras de hígado en pequeñas tandas para evitar que se amontonen.
- Fríelas durante 2-3 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes por fuera, pero aún jugosas por dentro.
- Retira el hígado y colócalo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
6.Cebollas caramelizadas:
- Pela y corta las cebollas en rodajas finas. En la misma sartén, agrega 2 cucharadas más de aceite y sofríe las cebollas a fuego medio.
- Cocina lentamente hasta que las cebollas se vuelvan doradas y caramelizadas, unos 10-12 minutos. Añade una pizca de sal para realzar el sabor.
7.Manzanas salteadas:
- Lava y corta las manzanas en rodajas finas o en cubos, según prefieras.
- Agrega las 2 cucharadas restantes de aceite a la sartén y saltea las manzanas a fuego medio hasta que estén doradas y tiernas, unos 5 minutos.
- Las manzanas aportarán un contraste dulce que complementa perfectamente el hígado.
8.Toque final:
- Justo antes de servir, espolvorea el azafrán (o cúrcuma) sobre el hígado y mezcla bien para darle un toque de color y sabor exótico.
- Sirve el hígado crujiente junto a las cebollas caramelizadas y las manzanas salteadas. Este plato combina sabores intensos y texturas contrastantes que harán que el hígado de vaca sea un éxito en tu mesa.
¡Disfruta de este plato turco especial que transforma un ingrediente común en algo extraordinario!
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Consejos
Aquí tienes cuatro consejos clave para elegir un hígado de vaca fresco:
- Color vibrante:
El hígado fresco debe tener un color rojo oscuro o marrón rojizo. Evita aquellos que se vean opacos, grises o con manchas, ya que esto indica que no están en su mejor estado. - Textura firme y suave:
Al tocar el hígado, debe sentirse firme pero suave. Si está demasiado blando o resbaladizo, puede ser señal de que no está fresco o ha sido almacenado incorrectamente. - Olor limpio y suave:
El hígado fresco tiene un olor suave y apenas perceptible. Un hígado con mal olor, fuerte o desagradable, es señal de que está en mal estado y no debe comprarse. - Superficie húmeda pero no viscosa:
Un hígado fresco debe estar húmedo pero no pegajoso o viscoso. Si sientes que tiene una capa viscosa, es mejor evitarlo, ya que esto podría indicar deterioro.