Los callos a la madrileña son uno de los platos más emblemáticos de la cocina española, especialmente en la región de Madrid. Este guiso contundente y lleno de sabor es perfecto para los días fríos, ya que reconforta el cuerpo y el alma. A continuación, te explicamos cómo preparar este clásico con una receta detallada, consejos útiles y recomendaciones para que te salga perfecto.
Índice
Ingredientes para Callos a la Madrileña (4-6 personas)
Para el guiso:
- 1 kg de callos de ternera (previamente limpios y troceados).
- 200 g de morro de ternera (opcional, aporta textura).
- 150 g de pata de ternera (opcional, añade colágeno).
- 150 g de chorizo (preferiblemente asturiano o de calidad).
- 100 g de morcilla (de cebolla o de arroz, según tu preferencia).
- 1 jamón serrano o hueso de jamón.
- 2 cebollas medianas.
- 2 dientes de ajo.
- 2 tomates maduros (o 200 g de tomate triturado).
- 1 pimiento rojo pequeño (opcional).
- 2 hojas de laurel.
- 1 cucharada de pimentón dulce.
- 1 cucharadita de pimentón picante (al gusto).
- 1 guindilla seca (opcional, para un toque picante).
- 150 ml de vino blanco.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta al gusto.
Para limpiar los callos:
- 1 limón o vinagre (para lavarlos).
- Agua abundante.
Preparación
1. Limpieza de los callos
Aunque los callos que compras suelen estar limpios, es recomendable lavarlos nuevamente para eliminar cualquier impureza y reducir olores intensos:
- Enjuaga los callos con agua fría.
- Colócalos en un bol con agua, vinagre o jugo de limón, y déjalos reposar 10-15 minutos.
- Enjuaga nuevamente con agua fría y reserva.
2. Cocción inicial
Los callos necesitan una cocción previa para ablandarse:
- En una olla grande, coloca los callos, el morro y la pata de ternera (si los usas).
- Cubre con agua fría, añade una hoja de laurel y lleva a ebullición.
- Cocina durante 30 minutos, retira la espuma que se forme en la superficie.
- Escurre y reserva.
3. El sofrito
El sofrito es clave para el sabor del guiso:
- En una cazuela grande, calienta un poco de aceite de oliva y sofríe la cebolla y el ajo picados finamente.
- Cuando estén dorados, añade el pimiento rojo (si lo usas) y el tomate triturado. Cocina a fuego medio hasta que el sofrito esté bien integrado.
- Agrega el pimentón dulce y picante, remueve rápidamente para que no se queme, e incorpora el vino blanco. Cocina unos minutos para reducir el alcohol.
4. Cocción del guiso
- Añade los callos, el morro y la pata reservados al sofrito.
- Incorpora el hueso de jamón, el chorizo en rodajas gruesas, la morcilla entera y la guindilla (opcional).
- Cubre todo con agua o caldo de carne caliente.
- Cocina a fuego lento durante 2-3 horas, removiendo ocasionalmente para que no se pegue.
- Ajusta la sal y la pimienta al gusto.
5. Finalización
Una vez que los callos estén tiernos y el caldo haya espesado, retira la morcilla, córtala en rodajas y devuélvela al guiso.
Consejos para un Plato Perfecto
- Tiempo de cocción: La clave de unos callos deliciosos es la cocción lenta. No tengas prisa; cuanto más tiempo estén al fuego, más intensos serán los sabores.
- Mejor de un día para otro: Este plato sabe aún mejor al día siguiente, ya que los sabores se integran completamente.
- Acompañamiento: Sirve los callos con pan crujiente para aprovechar el caldo, ¡es una delicia!
- Caldo espeso: Si el caldo está demasiado líquido, puedes espesarlo triturando parte del sofrito o añadiendo una cucharada de harina al sofrito antes de añadir los callos.
- Opciones picantes: Si te gusta el picante, puedes añadir más guindilla o un poco de cayena molida.
Recomendaciones Finales
- Maridaje: Acompaña los callos con un buen vino tinto, como un Rioja o Ribera del Duero.
- Variedades regionales: Aunque esta receta es típica de Madrid, en otras regiones de España se preparan variantes que incluyen garbanzos o diferentes especias.
- Congelación: Este plato se congela muy bien, así que puedes preparar una gran cantidad y disfrutarlo más adelante.
Los callos a la madrileña son una joya de la cocina española que refleja tradición y sabor. Sigue esta receta, aplícale paciencia y verás cómo consigues un plato digno de cualquier mesa madrileña. ¡Buen provecho!