Los plátanos son una de las frutas más nutritivas y deliciosas, pero tienen un gran inconveniente: se maduran muy rápido. Aquí aprenderás los secretos de un viejo granjero, para conservarlos frescos hasta por un mes o más.
Estas técnicas caseras y sencillas te ayudarán a evitar el desperdicio y disfrutar de tus plátanos por más tiempo. Si quieres ver cómo hacerlo, mira el siguiente video hecho por Top DIY:
Cómo conservar bananas hasta por un mes
📃 Materiales necesarios
- Bicarbonato de sodio
- Agua limpia
- Cuchillo afilado
- Toallas de papel
- Papel film o papel de aluminio
- Bolsa de plástico con cierre (ziplock)
- Cuerda fuerte
- Caja hermética o recipiente con tapa
✅ Procedimiento paso a paso
1. Lavado con bicarbonato
Sumerge los plátanos en agua con bicarbonato. Frota suavemente la piel para eliminar residuos de pesticidas y sustancias que aceleran la maduración.
2. Secado cuidadoso
Sácalos del agua y sécalos con papel con movimientos suaves para no dañar la cáscara. El agua residual acelera el deterioro.
3. Corte del tallo
Con un cuchillo, corta las partes negras del tallo, ya que ahí se acumulan bacterias que aceleran la descomposición.
4. Envuelve el tallo
Cubre solo el tallo con papel film, aluminio o una bolsa. Esto bloquea el gas etileno, responsable de la maduración rápida.
5. Ventilación adecuada
Cuelga el racimo con una cuerda o colócalo boca abajo en una mesa. Evita superponerlos o colocarlos en bolsas cerradas sin ventilación.
6. Separar y envolver (si están maduros)
Si ya están maduros, separa los plátanos y envuélvelos uno por uno en film plástico, eliminando el aire. Almacénalos en un lugar fresco.
7. Congelación
- Con cáscara: Coloca los plátanos en una bolsa ziplock y congélalos. Duran hasta 4 meses.
- Pelados: Envuelve cada plátano o trozos en film y guárdalos en un recipiente en el congelador. Duran hasta 2 meses.
8. Refrigeración
Envuelve cada plátano en film, colócalos en una caja y guarda en la nevera a 2-3 °C. Ideal consumir en 3-4 días.
💡 Consejos adicionales
- Nunca laves los plátanos con la piel agrietada.
- No dejes que se amontonen para evitar que se golpeen.
- Usa los más maduros primero para evitar desperdicio.
- Los congelados son perfectos para batidos y repostería.
- La ventilación es clave: evita lugares húmedos o cerrados.