Tiene una historia que se remonta a los pueblos originarios, quienes lo consumían como un pan y así formaba parte de la dieta de los aborígenes. Como los diaguitas, los calchaquíes, comechingones, entre otros.
De hecho, por estos días sigue siendo el alimento tradicional de los criollos del interior argentino. Especialmente se lo conserva en regiones del norte de Cuyo y el noroeste del país.
Inclusive las comunidades huarpes de San Juan, hace años decidieron poner en valor la algarroba y su harina. Precisamente con la que se elabora el patay y que hoy es usada en otros productos de repostería con una alta demanda.
Comunidad Huarpes
La comunidad Huarpe logró hacer realidad un viejo sueño, precisamente la producción de harina de algarroba.
De hecho, el jefe espiritual de la comunidad expreso lo siguiente:
- “Esto tiene que ver con la recuperación de nuestra identidad huarpe. Desde muy chicos para nosotros la algarroba es algo básico, es algo nuestro, es lo que nos ha permitido crecer fuertes y permite que nuestros padres y abuelos estén vivos todavía. Partimos de la base que estas plantas no sólo son alimento sino que son medicina, es comida espiritual”…
El «algarrobo» es de origen árabe y fue elegida por los conquistadores españoles, en Argentina existen 2 tipos de algarrobo, el blanco y el negro. Pero si nombre científico es Prosopis alba y Prosopis nigra, respectivamente.
También los quechuas le llamaron Tacú, que en su lengua significa árbol. Justamente el Algarrobo era un árbol completo que tiene todo: los frutos dulces, la algarroba, aloja, añapa, patay e inclusive una especie de café con la semilla tostada.
Características de la Algarroba
Se trata de un alimento muy energético, es interesante notar como contiene un 50 % de azúcar y un 10 % de proteínas. Además las semillas son ricas en fibra, lo que facilita la digestión.
No posee gluten, siendo así un alimento apto para celiacos. Al ser rica en fibra, beneficia completamente a la flora intestinal.
Además la algarroba actúa favorablemente contra las inflamaciones de las mucosas reduciendo la irritación, ya sea en las vías respiratorias como digestivas.
De esta manera, moliendo la algarroba se obtiene la harina para la preparación de patay.
Preparación de Patay
En primer lugar, las vainas o algarrobas se dejan secar al sol durante unos 6 a 7 días y cuando estén bien secas se muelen hasta obtener la harina deseada. Aclaramos que generalmente se lo muele en el mortero, sin embargo hoy se utiliza mucho la licuadora.
Luego se mezcla la harina con agua con las proporciones adecuadas hasta lograr una masa y así volcarla a los moldes pequeños, para finalmente prensarlo con una cuchara.
Cuando estén todos listos y el horno bien caliente, se introduce la placa para que reciba cocción hasta que se doren durante unos 8 a 10 minutos aproximadamente.
Cuando finalmente se retira del horno, lo dejamos enfriar y se puede conservar en bolsa de papel en un lugar fresco y seco.
Harina con leyenda
Según cuenta la leyenda sobre Deolinda Correa o la Difunta Correa, en el momento que muere iba en busca de algarrobas, precisamente por ser su fuente nutricia.
También la Pacha Mama o Madre Tierra, elige la sombra del algarrobo para guarecerse cuando en la fiesta del Chiqui, toma forma de anciana para prodigar milagros.
Claramente la algarroba es mucho más que un alimento básico, tiene que ver con la identidad huarpes.