Almacená el apio fresco y crocante, ¿cómo? Descubrilo acá

El apio, con su crujiente textura y sabor refrescante, es uno de los vegetales más versátiles y saludables que podemos encontrar en nuestra cocina. Además de ser delicioso, el apio es una excelente fuente de nutrientes, con altos niveles de fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales.

Su consumo regular puede proporcionar una serie de beneficios para nuestra salud, como mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y mantener la piel saludable. Pero, ¿qué pasa con las partes del apio que a menudo desechamos, como las hojas y los troncos? ¡No lo hagas más!

En este artículo, aprenderemos cómo almacenar adecuadamente el apio hojas y troncos para mantener su frescura y aprovechar al máximo este nutritivo vegetal.

Beneficios de consumir Apio

Antes de explorar cómo almacenar el apio, recordemos algunos de los increíbles beneficios que este vegetal nos brinda:

  • Promueve la digestión: El apio es rico en fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión y aliviar problemas como el estreñimiento.
  • Hidratación: El apio tiene un alto contenido de agua, lo que lo convierte en una opción refrescante para mantenernos hidratados.
  • Poder antioxidante: El apio contiene antioxidantes como flavonoides y vitamina C, que combaten los radicales libres y protegen nuestras células.
  • Control de la presión arterial: Los fitonutrientes presentes en el apio pueden ayudar a reducir la presión arterial y mantener un corazón sano.
  • Salud ósea: El apio es una fuente de vitamina K, que es esencial para la salud ósea y coagulación sanguínea.

Maneras de almacenar Apio hojas y troncos

1.En la heladera con agua:

Si tienes apio con las hojas aún intactas, puedes almacenarlo como si fuera un ramo de flores. Coloca el apio en un recipiente con agua en el fondo y coloca una bolsa de plástico suelta sobre las hojas. Cambia el agua cada dos días para mantener la frescura.

2.En la heladera envuelto en papel de aluminio:

Otra forma de almacenar el apio con las hojas es envolverlo en papel de aluminio y colocarlo en la nevera. Asegúrate de que esté bien sellado para evitar que se seque.

3.Con método de raíz en agua:

Si tienes un tronco de apio sin hojas, puedes colocarlo en un vaso con agua como si fuera un apio de raíz. Cambia el agua cada dos días para mantener la frescura.

4.Congelación de las hojas:

Si no puedes consumir las hojas de apio a tiempo, puedes congelarlas para su uso posterior. Pica finamente las hojas y colócalas en una bandeja para cubitos de hielo con un poco de agua. Una vez congeladas, guárdalas en una bolsa de congelación en el congelador.

5.Utiliza las hojas en caldos y sopas:

Las hojas de apio agregan un delicioso sabor a caldos y sopas. Si no las vas a utilizar de inmediato, puedes secarlas y guardarlas en un recipiente hermético para su uso posterior.

6.Troncos para guisos y jugos:

Los troncos de apio también son útiles en la cocina. Puedes utilizarlos en guisos y sopas para agregar sabor, o incluso en jugos de vegetales para obtener sus beneficios nutricionales.

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El Apio, ¿se puede poner en el freezer?

Sí, el apio se puede congelar para prolongar su vida útil y poder utilizarlo más adelante en diversas preparaciones. Sin embargo, es importante seguir algunos pasos adecuados para asegurarte de que el apio conserve su calidad y sabor después de descongelarlo.

Pasos para congelar apio:

  • Lava y corta el apio: Lava bien el apio para eliminar cualquier suciedad y tierra. Luego, corta las hojas y el tronco según tus preferencias. Puedes cortarlo en rodajas, trozos o incluso picarlo finamente, dependiendo de cómo planeas utilizarlo más tarde.
  • Blanqueo (opcional): Para mantener la frescura y el color del apio al congelarlo, puedes blanquearlo antes del proceso de congelación. El blanqueo implica sumergir el apio en agua hirviendo durante unos segundos y luego enfriarlo rápidamente en agua helada. El blanqueo ayuda a detener la actividad enzimática que puede afectar la textura y el color del apio durante el almacenamiento.
  • Secado: Una vez que hayas blanqueado el apio o simplemente lo hayas lavado, asegúrate de secarlo completamente. Puedes utilizar papel de cocina o un paño limpio para eliminar el exceso de humedad.
  • Empaque: Coloca el apio seco en bolsas o recipientes herméticos aptos para congelación. Asegúrate de eliminar el aire del interior del envase para evitar la formación de cristales de hielo y, luego, cierra herméticamente.
  • Etiquetado y fecha: No olvides etiquetar las bolsas o recipientes con el contenido y la fecha de congelación. De esta manera, sabrás cuándo almacenaste el apio y podrás consumirlo dentro de un período de tiempo recomendado.
  • Congelación: Coloca las bolsas o recipientes en el congelador. El apio congelado puede mantenerse en buen estado por varios meses, de 2 a 3.