¿De dónde proviene la vieja costumbre de tomar vino en pinguino?

Como sabemos Argentina es el mayor productor de vino en América Latina, cuenta con una tradición histórica en reconocidos cultivos de la provincia de Mendoza. Como así también se encuentra uno de los viñedos más australes del mundo en la provincia de Chubut, además de uno de los viñedos que esta a mayor altura del mundo en la provincia de Salta.

Todos son reconocidos mundialmente, Argentina es un país que se caracteriza por tradiciones que lo distinguen y en lo que a vino respecta cada día se agregan más variedades y cepas. Sin embargo, no solo nos referimos al contenido o  la bebida en sí, hay otra tradición muy popular que es la que contiene este vino del que tanto hablamos.

vino en pinguino

Estamos hablando del vino servido en «Jarra de Pinguino», seguramente hemos visto alguna vez una de estas jarras o inclusive nuestros padres y abuelos lo habrán usado. Pero la pregunta es:

¿De dónde proviene la vieja costumbre de tomar vino en pinguino?

Es una vieja costumbre que data desde 1940 por lo menos, donde la jarra de pinguino era todo un complemento de la mesa argentina que sin duda marcó una época.

Sin embargo, su origen están ampliamente discutido pero se cree que vino de la mano de los inmigrantes italianos en la década del 30. Se utilizaban estas jarras de vino para cubrir la necesidad en el servicio del vino, para aquellos años todavía no funcionaba la ley de envasado de origen. Una ley que recién fue sancionada para 1984, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín.

Para aquella época el vino se trasladaba a granel para las zonas de mayor consumo, como Buenos Aires, Rosario, Cordoba, entre otros lugares. Se comercializaba en envases de 200 litros, 20 litros o 5 litros a cantinas, pulperías y vendedores directos de vino. Por eso, el fraccionado quedaba a cargo del comerciante que lo hacia a través de las damajuanas y en forma directa a las mesas del bodegón donde allí tomaba protagonismo la Jarra de Pinguino.

Anteriormente se utilizaban unas jarras con mango de mimbre, sin embargo las jarras del simpático Pinguino tuvieron un furor inesperado. Se hicieron tan popular en la sociedad que fue masivo su uso en los negocios como en los hogares, especialmente para los años 50 y 70.

La razón de porque se utilizó una jarra de pinguino se debe a su parecido a una botella, pero además por su simpático pico vertedor. De hecho, siguiendo esta figura similar intentaron imitar su funcionalidad pero en formas de otros animales como jarras de patos, de elefantes y hasta de cupidos, sin embargo no tuvieron el mismo éxito y quedaron en el olvido.

Afortunadamente en los últimos años ha regresado el uso de las jarras de Pinguino, salvando así al pinguino del olvido y que es tradición tanto en bares como en cada hogar de los argentinos. Su calidad y presentación es mucho mejor que desde su principio obviamente, pero lo importante es no perder su uso porque hay tradición, buenos momentos con amigos, asados y es parte de la historia argentina.

error: Contenido protegido por derechos de autor