El yogur es un alimento nutritivo, versátil y delicioso que forma parte de la dieta de millones de personas. Pero lo que muchos no saben es que prepararlo en casa es sumamente sencillo, económico y mucho más saludable que el yogur industrial. Al hacerlo tú mismo, controlas completamente los ingredientes: sin azúcar añadida, sin conservantes, sin espesantes artificiales. Solo leche, fermento natural y un poco de paciencia.
Con esta receta fácil, a base de leche entera, leche en polvo y un yogur natural sin azúcar, vas a lograr un yogur suave, cremoso y lleno de probióticos beneficiosos para tu salud digestiva. Además, podrás disfrutar del verdadero sabor del yogur, con una textura que podés personalizar según tu gusto.
Ideal para toda la familia, esta preparación no requiere ningún equipo especial. Y una vez que aprendas el proceso, difícilmente vuelvas a comprar yogur en el supermercado.
además, podrás seguir cada paso de la preparación en el siguiente vídeo del canal de Sazones y Sabores:
Ingredientes
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1 litro de leche entera de buena calidad
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3 cucharadas soperas de leche en polvo
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1 yogur natural sin azúcar (125 g)
Preparación paso a paso
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Calentar la leche
Coloca el litro de leche entera en una olla y caliéntala a fuego medio hasta que alcance unos 45 °C. Si no tenés termómetro, podés probar metiendo un dedo limpio: debe sentirse tibia, pero sin quemar. -
Añadir la leche en polvo
Apaga el fuego y agrega las 3 cucharadas de leche en polvo. Mezcla bien para que se disuelva completamente. Este paso ayuda a que el yogur tenga una textura más espesa y consistente. -
Incorporar el yogur
Cuando la leche ya esté tibia (ni caliente ni fría), agrega el yogur natural. Mezcla suavemente hasta que esté todo bien integrado, sin batir en exceso para no destruir los cultivos vivos. -
Fermentación
Vierte la mezcla en un recipiente con tapa o en frascos de vidrio. Tápalos y envolverlos en una manta. Colócalos en un lugar cálido, como el horno apagado o una heladera vieja desenchufada, durante 8 a 12 horas. Cuanto más tiempo lo dejes, más ácido y firme será el resultado. -
Reposar en la heladera
Una vez fermentado, guárdalo en la heladera al menos 4 horas antes de consumirlo. Esto permite que el yogur adquiera su textura definitiva y se enfríe adecuadamente.
Consejos adicionales:
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Usa ingredientes de calidad: La leche debe ser entera y preferiblemente fresca. Un buen yogur base garantizará un mejor sabor y una buena cantidad de probióticos vivos.
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Personaliza tu yogur: Al momento de servir, podés endulzarlo con miel, azúcar mascabo, mermelada casera o frutas naturales. También podés añadir esencia de vainilla, canela o ralladura de limón para aromatizarlo.
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Yogur más espeso: Si lo querés tipo griego, una vez fermentado y frío, colarlo con una gasa o filtro de café para eliminar el suero. Cuanto más tiempo lo cueles, más espeso quedará.
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Reutiliza el yogur: Podes reservar 2 o 3 cucharadas del yogur casero para fermentar la próxima tanda. Se recomienda no reutilizar más de 4 veces seguidas, ya que el cultivo pierde fuerza.
¡Una receta ideal para grandes y chicos, que puede formar parte de desayunos, meriendas o snacks nutritivos durante todo el año!