Un maestro vuelve caminando de los cerros, tras repartir las tareas a sus alumnos

Como bien sabemos, desde que se desató la pandemia por el covid-19, se ha paralizado muchas actividades en el mundo entero. De hecho, las escuelas se cerraron abruptamente y hasta los chicos sufrieron este cambio de vida normal.

Debido a esta situación las clases fueron virtuales o de forma online durante todo este tiempo, todo gracias a el avance tecnológico y la posibilidad de contar con señal de internet o wifi.

Pero en muchos lugares de nuestro país como lo es la provincia de Salta, no todos cuentan con esta alternativa de conexión.

Maestro de Salta vuelve caminando de los cerro tras repartir las tareas
Imagen de Carlos Figueroa

En el mes de marzo de este nuevo año se abrió la esperanza de que se reanuden las clases presenciales aunque sea en forma parcial. Pero surgió un problema, ya que en algunos sitios hay ausencias de personal de maestranza.

Tristemente este es el caso en la provincia de Salta, más precisamente en las Cuevas y Chañi. Seguramente esto nos lleva a preguntarnos lo siguiente:

¿De qué recursos se valen los maestros de estas regiones del país?

Precisamente los recursos son limitados, pero afortunadamente los chicos de aquellos lugares un poco olvidado, cuentan con educadores y autoridades de escuela que aman su vocación de servicio.

Como ya mencionamos carecen de la posibilidad de conectarse a internet para participar de las clases virtuales, por lo cual se quedarían sin recibir de esta manera las tareas y trabajos que tienen que realizar diariamente.

Sin embargo, esto no sucede gracias a la labor loable que realiza el director de escuela del paraje Las Cuevas, Ricardo Ruiz. Este educador ejemplar camina por el costado de la ruta bajo el sol de la Quebrada, quien entrega unas cartillas para que todos los chicos trabajen en sus casas.

La realidad es que tanto en ese establecimiento educativo como en el Potrero de Chañi, ambos pertenecientes a Rosario de Lerma, son lugares que no pudieron iniciar las clases presenciales por la falta de personal de maestranza.

Lamentablemente no es una situación nueva a la que se tienen que enfrentar, pero con los años se profundizo aún más.

Hay una Fundación de nombre Alfarcito, que tiene la función de recorrer el lugar y dar la ayuda necesaria:

Fundación Alfarcito

Es digno de mención, como Carlos Figueroa de la Fundación Alfarcito, fue quien recorrió la zona y observó lo siguiente sobre Ricardo Ruiz:

«Ruiz ya tiene todo preparado para recibir a los niños: alcohol en gel, sanitizante, cartera de prevención y bancos distanciados unos de otros»…

Una impronta admirable de este docente, quien además no se queja. Sino que más bien trabaja con entusiasmo, condiciones que fueron percibidas por Carlos Figueroa.

Es una labor digna de mención de los educadores que asisten a esta región y que tienen muy pocos recursos o nada tecnológicamente hablando. Sin embargo nada los detiene.

La educación integral para los chicos en estas condiciones es fundamental, les brinda la posibilidad de socializar y además los chicos reciben una dieta alimentaria adecuada.

Como sigue explicando la autoridad de la Fundación:

«Allí son los directivos de las escuelas y los padres quienes suelen colaborar con la limpieza y la cocina. Sin dudas, escuela y familia configuran una vida comunitaria intensa, que requiere del Estado las herramientas mínimas para poder desarrollarse»…

En vista de estas grandes carencias, voluntarios de la Fundación Alfarcito visitaron Las Cuevas. Ellos se ofrecieron para ayudar en proyectos de clases prácticas, para el mantenimiento de huertas e invernaderos.

Sin duda alguna, se trata de un oficio muy necesario para los estudiantes, que de esta forma podrán contribuir a generar sus propios alimentos.

Afortunadamente la respuesta fue la esperada por los estudiantes y así lo expresó Figueroa:

«La iniciativa fue recibida con entusiasmo, pero no podrá materializarse hasta tanto no haya un retorno a las clases presenciales», concluyó Figueroa.

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