Si estás buscando una forma de darte un gusto dulce sin dejar de lado tu bienestar, esta receta es para ti. Con ingredientes simples que probablemente ya tengas en casa, como avena, bananas y huevos, puedes preparar un postre nutritivo, sin harina refinada ni azúcar añadida.
El dulzor natural de la banana madura, la textura suave de la avena y el toque jugoso de la manzana cocida crean una combinación perfecta. Y como broche de oro, una cobertura de chocolate amargo con nueces que aporta antioxidantes y un sabor irresistible.
Ideal para el desayuno, la merienda o como postre después de una comida, este pastel saludable es rápido, fácil y apto para toda la familia.
Ingredientes:
Para la masa:
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2 bananas maduras
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2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
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2 huevos
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1 cucharada de polvo para hornear (tipo Royal)
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1 taza de avena
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1 taza de leche caliente
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1 manzana con cáscara (sin semillas), picada en cubitos
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1 cucharada de manteca o margarina
Para la cobertura:
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1 barra de chocolate amargo
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2 cucharadas de leche caliente (para derretir el chocolate)
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½ taza de nueces picadas
Preparación paso a paso:
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En un recipiente, pisa las bananas con un tenedor hasta que estén bien trituradas.
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Añade el cacao en polvo, los huevos y el polvo de hornear. Mezcla todo hasta que quede una preparación homogénea.
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En otro bol, mezcla la avena con la leche caliente y deja reposar 10 minutos para que se hidrate bien.
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Mientras tanto, en una sartén, derrite la manteca y añade la manzana picada. Cocina a fuego bajo hasta que esté tierna.
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Incorpora la avena hidratada a la mezcla de banana, junto con la manzana cocida. Remueve todo muy bien.
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Vierte la mezcla en un molde previamente enmantecado o forrado con papel manteca.
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Lleva al horno precalentado a 180 °C durante aproximadamente 30 minutos, o hasta que al insertar un palillo este salga limpio.
Para la cobertura:
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Derrite la barra de chocolate con la leche caliente hasta obtener una mezcla suave.
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Esparce el chocolate sobre el pastel ya cocido.
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Espolvorea las nueces picadas por encima para darle crocancia y un toque especial.
Consejos y recomendaciones:
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Elegí bananas bien maduras, ya que aportan más dulzura natural y mejor textura.
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Si no tenés cacao en polvo, podés reemplazarlo por harina de algarroba o simplemente omitirlo si preferís una versión más frutal.
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Podés sustituir la manteca por aceite de coco si buscás una opción más saludable.
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Las nueces pueden reemplazarse por almendras, castañas o semillas de girasol, según tu preferencia.
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Este postre se conserva bien en la heladera por hasta 3 días. También podés cortarlo en porciones y congelarlo para tener un snack saludable siempre a mano.
¿Por qué elegir este postre?
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Sin azúcar ni harinas refinadas, ideal para personas que cuidan su alimentación o que siguen dietas específicas.
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Rico en fibra, gracias a la avena, lo que favorece la digestión y la saciedad.
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Con grasas saludables y antioxidantes presentes en las nueces y el chocolate amargo.
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Apto para toda la familia, incluso niños, ya que tiene un sabor agradable sin necesidad de endulzantes artificiales.
Este pastel demuestra que comer sano no significa renunciar al sabor. Probalo y convertilo en tu nueva receta favorita.