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¿Sabés cuál de estas es una pasta de alta calidad y cuál no lo es?

Elegir una buena pasta es mucho más importante de lo que parece. No se trata solo de sabor: una pasta de calidad influye en la textura del plato, en cómo se adhiere la salsa y en el resultado final de cualquier receta italiana.

Muchas veces, por costumbre o por precio, terminamos comprando marcas sin fijarnos en los detalles. Sin embargo, hay señales claras que te pueden ayudar a identificar cuándo estás frente a una pasta excelente… y cuándo no.

Índice

    ¿Cómo saber si una pasta es de alta calidad?

    Existen varios indicadores visuales y sensoriales que permiten distinguir una pasta artesanal o de buena calidad de una pasta industrial o de baja calidad. Acá te explico los principales:

    1. Color opaco y amarillo claro

    Una buena pasta tiene un tono amarillo pálido, algo mate, porque está hecha con sémola de trigo duro de buena calidad y se ha secado lentamente. Si la pasta es muy amarilla, brillante o casi translúcida, es probable que se haya secado rápido y que el trigo sea de menor calidad.

    2. Superficie rugosa

    La pasta de calidad suele tener una textura áspera al tacto, ya que fue extruida en moldes de bronce. Esto permite que las salsas se adhieran mejor. La pasta de baja calidad es completamente lisa y brillante, lo que hace que la salsa resbale.

    3. Corte preciso y limpio

    El corte de la pasta también importa. Una pasta bien hecha tiene bordes definidos y regulares. Las de baja calidad a veces tienen bordes deformes o desiguales.

    4. No se quiebra fácilmente

    Una pasta de buena calidad resiste un poco la presión cuando está cruda. Las de baja calidad son más frágiles y pueden quebrarse fácilmente con un leve movimiento.

    5. Conserva su forma al cocinar

    Cuando cocinás pasta de alta calidad, no se deshace ni se vuelve gomosa. Mantiene su forma y firmeza, ideal para lograr un punto “al dente”.

    Tips y consejos para elegir buena pasta

    • Leé la etiqueta: Buscá que diga “100% sémola de trigo duro” y que esté elaborada en Italia o en regiones con tradición pastiera.

    • Probá diferentes marcas: No siempre lo más caro es mejor, pero tampoco lo más barato. Probá varias hasta encontrar la que mejor se adapte a tus gustos.

    • Observá en el paquete: Si la pasta se ve muy lisa, brillante o amarilla, pensalo dos veces.

    • Probala sola: Cociná un poco sin salsa y prestá atención a su sabor y textura. Una buena pasta tiene sabor propio.

    Una buena pasta no solo mejora cualquier receta, sino que también te permite disfrutar de una experiencia más auténtica, sabrosa y saludable. La próxima vez que vayas al supermercado, mirá con atención… ¡y elegí con conocimiento!

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