Nuestro tan querido y respetado prócer el General Don José de San Martín, padre de la Patria que tanto amó y defendió, fue también un hombre común con sus debilidades, amoríos, errores y aciertos.
Según parece, las mujeres fueron muy importantes en la vida de el Libertador y tuvo varios hijos además de la reconocida Merceditas.
Ahora bien, en este artículo te contaremos un poco más sobre la vida íntima del Padre de la Patria, sobre quienes son sus descendientes y mucho más.
La esposa de San Martín y sus mujeres
En 1812 San Martín conoció en una tertulia a la mujer que, como él dijo, lo había «mirado para toda la vida»: María de los Remedios Carmen Rafaela Feliciana de Escalada se convirtió en su esposa cuando ella tenía 15 años y él 34.
Si te preguntaste cuantos hijos tuvo San Martín oficialmente, te contamos que el 24 de agosto de 1816 nació su primera y única hija: Mercedes Tomasa San Martín y Escalada. Cuando la niña Merceditas tenía solo cuatro meses, San Martín dejó a su familia para cruzar los Andes en su campaña libertadora y no volvió a verla hasta siete años después. Cuando regresó su mujer había fallecido a causa de la tuberculosis y su hija era criada por sus abuelos.
Descendencia de San Martín
Aún estando casado, parece que San Martín tuvo varias amantes. Una de ellas fue Jesusa, la criada mulata que había acompañado toda la vida a Remedios de Escalada. Cuando su esposa enfermó en Mendoza, San Martín la mandó a Buenos Aires a la casa de sus padres; sin embargo ordenó que Jesusa se quedara para ayudarlo. Ella pasó a Chile y llegó hasta Perú junto a San Martín, y se dice que tuvieron un hijo.
Aunque no hay pruebas de su veracidad, se dice que también tuvo un hijo con Fermina González Lobatón, dueña de la estancia azucarera de San Nicolás de Supe en Perú.
El que sí fue reconocido es Joaquín Miguel de San Martín y Mirón, y sus descendientes mantienen el apellido hasta la actualidad. Fue el fruto de una relación, posterior al fallecimiento de Remedios, con una viuda llamada Carmen Mirón y Alayón que el General conoció en Guayaquil cuando fue a entrevistarse con Simón Bolívar. El hombre anciano contaba con orgullo a sus nietos que era descendiente del prócer argentino. Tuvo seis hijos con distintas mujeres y murió asesinado en 1895.
Descendientes de San Martin: sus amadas nietas
Después de la Guerra de la Independencia, San Martín se exilió en París junto a su hija Mercedes. Debido a las revoluciones que allí sucedían, se instalaron en un pueblo retirado, Boulogne-sur-Mer. Cuando ambos contrajeron el cólera, fueron atendidos por el médico argentino Mariano Severo Balcarce, quien terminó siendo el yerno del Libertador. Mercedes y Mariano se casaron en 1832 y tuvieron dos hijas: Josefa Dominga y María Mercedes, las perlitas que llenaron de felicidad los últimos años de la vida de San Martín.
En 1837 le escribía a don Pedro Molina: «Mis hijos llegaron con buena salud a fines de junio pasado, y a los pocos días la mendocina -su hija- dio a luz a una niña muy robusta: aquí me tiene usted con dos nietecitas cuyas gracias no dejan de contribuir a hacerme más llevaderos mis viejos días».
Descendientes de San Martin hoy
Josefa Dominga y María Mercedes Balcarce fallecieron sin tener hijos, por lo que el linaje de los descendientes de Jose de San Martín directos, quedó cortada por el lado de su hija Mercedes. María Mercedes murió en 1860, soltera y antes de cumplir los 27 años.
Ese mismo año Josefa Dominga se casó con el diplomático mexicano Eduardo María de los Dolores Gutiérrez de Estrada y Gómez de la Cortina. Quince años después, falleció su madre y, en 1885, su padre. Luego de la muerte de su esposo, Josefa Dominga se dedicó a cultivar la memoria de su abuelo, proporcionando información para completar su biografía.
En 1895, por pedido del Museo Histórico Nacional Argentino, donó los muebles y objetos de San Martín y permitió así que se realizara la réplica de su casa en el museo. En Brunoy creó la Fundación Balcarce y Gutiérrez de Estrada para dar albergue y alimento a los necesitados. Durante la Primera Guerra Mundial, el albergue se convirtió en un hospital que atendía a alemanes y franceses.
Francia la condecoró con la Legión de Honor. Ya anciana, donó todas sus posesiones al Patronato de la Infancia, en Argentina y la fundación a la Sociedad Filantrópica de París que aún existe. Josefa Dominga falleció en Brunoy el 17 de abril de 1924.
Una de las calles principales de la ciudad -hoy rue du pont Perronet- fue bautizada con su nombre en reconocimiento por su labor.