Propiedades medicinales del zapallo
El zapallo, aparte de delicioso es perfecto para tener una buena salud. Si se consumiera un pedazo diario de éste en vez de pan, no se sufriría de hidropesía o de problemas de la vejiga. Es sugerido siempre para las personas con anemia.
Ayuda a abrir el apetito, a que se regulen las funciones digestivas, a los nervios y a fortificar los huesos.
Este alimento es exquisito en diferentes tipos de vitaminas, fósforo y calcio.
Hecho en sopas o hervidos, es ideal para el tracto intestinal, para suavizar el intestino y funciona como sedante.
Por su bajo contenido calórico, comer su pulpa controla los niveles de colesterol y colabora a bajar de peso. Es rico en fibra, minerales y en antioxidantes.
Gracias a su enorme fuente de beta-caroteno y antioxidante, regenera y ralentiza el mecanismo de envejecimiento.
Presenta fitoesteroles, los cuales previenen el cáncer prostático, pues estimulan la expulsión de algunos químicos que tergiversan la testosterona en dihidrotestosterona (ligado al cáncer)
Tiene cualidades antiinflamatorias, por lo que su consumo habitual contribuye a prevenir dolores en las articulaciones, artritis e inflamación en los endones.
Por su abundante cantidad en vitaminas A, B, C y E y en cinc, hace que la piel se embellezca, quede protegida, se mantenga suave y muy sana.
El zapallo ayuda cuando se padece de depresión.
Si se come un pedazo diario, evita la formación de piedras o cálculos en los riñones o en la vesícula.
Es alimento muy diurético, hace que se eliminen líquidos con facilidad.
La infusión de sus ramas se utiliza para que no queden secuelas después de caídas y fuertes golpes.
Sus semillas tienen potasio, hierro, magnesio, potasio y cinc, y al cocerlas en agua son reconocidas por acabar con los parásitos intestinales. Asimismo, contribuye a desintoxicar el organismo de residuos peligrosos.
Remedio casero para acabar con las lombrices:
Emplear 60 gramos de pepas de zapallo y 60 gramos de azúcar, macerar bien, mezclar con una infusión de 10 gramos de tomillo en una taza de agua hervida. Tomar en ayunas y 2 horas después, un purgante de ricino.