Una de las plantas más usadas dentro de la medicina oriental es el jengibre. La popularidad alcanzada hoy en todo el mundo se debe a la gran cantidad de propiedades para la salud del cuerpo humano.
El jengibre es útil para combatir inflamaciones, afecciones pulmonares, artrosis y problemas digestivos.
Tiene un sabor alimonado y picante ideal para acompañar y condimentar otros alimentos. Posee gran variedad de vitaminas, es fuente de minerales, aporta gran cantidad de aminoácidos y tiene propiedades antioxidantes.
Lo podemos usar para:
- Disminuir dolores menstruales
- Tratar gripe y resfriados, ayuda a combatir la tos y despedir flema.
- Previene enfermedades del corazón
- Es afrodisíaco, estimula la libido
- Sus propiedades antioxidantes combaten el envejecimiento temprano y ayuda a reducir el estrés.
- Alivia migrañas.
- Colabora en la prevención de cáncer de colon y ovarios
- Facilita la digestión
Las formas más comunes de consumirlo es preparando infusiones o licuados, condimentando ensaladas, guisos y postres. Sus propiedades están presentes en todas sus presentaciones, fresco o en polvo, también podemos encontrarlo en cápsulas, disecado y en jarabes.
Al jengibre lo podemos adquirir en verdulerías y dietéticas o cultivarlo en casa.
¿Cómo cultivarlo en casa?
Si queremos tener jengibre en casa tenemos que buscar una raíz de jengibre bien fresca y firme, lo menos arrugada posible. Procuraremos conseguir una que tenga un brote, pero no es indispensable. En caso de que no tengamos un brote vamos a cortar uno de sus rizomas (son esa especie de pupitos mas pequeños que tiene el tubérculo) y lo vamos a dejar en remojo durante una noche. Para plantarlo necesitaremos acondicionar la tierra que deberá estar abonada, y aireada. Si vamos a ponerlo en una maceta, ésta debe ser amplia y tiene que tener 40cm de profundidad como mínimo. En el fondo de la maceta colocaremos una base de piedras para ayudar a la circulación del agua, al jengibre le gusta la humedad pero no tolerará los charcos. Sobre las piedras colocamos 1/3 de arena fina y luego completamos los 2/3 restante con tierra negra abonada. Colocamos el rizoma a 10cm de la superficie y cubrimos. La época del año más propicia para plantarlo es durante la primavera y se cosecha entrado el invierno. Los primeros brotes saldrán aproximadamente a los dos meses de plantado. Debemos atender de que siempre esté húmedo.