Las herramientas, especialmente las de metal, son propensas a oxidarse. Esto se debe a que el oxígeno y la humedad del aire se combinan con el metal, haciendo que se forme una capa de óxido. Esta capa puede ser muy fina y no ser visible a simple vista, pero con el tiempo se engrosará y provocará la corrosión del metal.
El óxido es algo más que un problema estético; puede causar graves daños a las herramientas si no se controla. El óxido puede debilitar el metal, haciéndolo propenso a agrietarse y romperse. También puede hacer que la herramienta sea menos eficiente, ya que el óxido puede interferir con la capacidad de la herramienta para agarrar y sujetar materiales.
Además, el óxido puede ser un peligro para la salud, ya que las partículas de óxido pueden desprenderse e inhalarse. Para evitar que se oxiden, las herramientas deben limpiarse y secarse con regularidad, y guardarse en un lugar seco.
El truco de la tiza para mantener las herramientas sin óxido
Para evitar que las herramientas se oxiden, es importante tomar algunas medidas de precaución. Uno de los métodos más sencillos y eficaces es colocar algunos trozos de tiza dentro de la caja de herramientas. La tiza es un excelente absorbente de humedad, lo que ayudará a mantener las herramientas secas y a detener la formación de óxido.
Además, también es buena idea engrasar las partes metálicas de las herramientas para protegerlas aún más de la corrosión. Esto puede hacerse con un lubricante o aceite adecuado para metal, que puede encontrarse en cualquier ferretería. Ambos métodos no sólo evitarán que las herramientas se oxiden, sino que también las harán más duraderas.
Tomar estas medidas garantizará que sus herramientas estén en las mejores condiciones durante años.
