Los riñones cumplen una función vital en nuestro organismo: filtran la sangre, eliminan desechos, equilibran los niveles de agua y electrolitos, y regulan la presión arterial. Sin embargo, diversos medicamentos que usamos habitualmente pueden causar daño renal si se consumen en exceso o sin control médico.
A continuación, repasamos 8 medicamentos comunes que pueden perjudicar la salud renal y que deben ser usados con precaución, especialmente por personas con antecedentes de problemas renales.
1. Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)
Medicamentos como ibuprofeno, naproxeno y diclofenaco son muy usados para tratar dolores y reducir la inflamación. Sin embargo, su uso prolongado o en dosis elevadas puede disminuir el flujo sanguíneo a los riñones y provocar daño renal agudo, sobre todo en personas deshidratadas o con presión arterial baja.
Recomendación: Usarlos solo cuando sea necesario y por periodos cortos, siguiendo las indicaciones médicas.
2. Inhibidores de la bomba de protones (IBP)
Se utilizan para tratar el reflujo gástrico y úlceras estomacales. Omeprazol, lansoprazol y esomeprazol son ejemplos comunes. Estudios han vinculado su uso prolongado con un aumento del riesgo de enfermedad renal crónica.
Recomendación: No usarlos más allá del tiempo indicado por el médico. Consultar alternativas si hay molestias digestivas frecuentes.
3. Antibióticos
Algunos antibióticos como aminoglucósidos (gentamicina, tobramicina), vancomicina y ciertos antivirales pueden ser tóxicos para los riñones. También la combinación de antibióticos puede aumentar el riesgo de daño renal.
Recomendación: Usar solo cuando son necesarios, bajo receta médica, y realizar controles de función renal si el tratamiento es prolongado.
4. Medicamentos para la presión arterial
Aunque muchos ayudan a proteger los riñones a largo plazo, algunos, como los inhibidores de la ECA (enalapril, lisinopril) o los bloqueadores de los receptores de angiotensina (losartán, valsartán), pueden causar problemas si hay deshidratación o si se combinan con otros fármacos dañinos.
Recomendación: Realizar controles regulares de creatinina y potasio en sangre para evitar complicaciones.
5. Medicamentos para la diabetes
Los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2), como empagliflozina y dapagliflozina, pueden afectar la función renal en algunos pacientes, especialmente al comienzo del tratamiento o si hay deshidratación.
Recomendación: Seguir controles médicos frecuentes y mantener una adecuada hidratación.
6. Medicamentos quimioterapéuticos
Algunos fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer, como cisplatino, metotrexato o ifosfamida, pueden causar nefrotoxicidad severa.
Recomendación: Estos tratamientos deben ir acompañados de monitoreo estricto de la función renal y medidas de protección específicas.
7. Litio
Utilizado para tratar trastornos del ánimo, el litio puede generar toxicidad renal si no se controla adecuadamente. A largo plazo puede causar enfermedad renal crónica.
Recomendación: Requiere seguimiento constante de los niveles en sangre y chequeos renales periódicos.
8. Suplementos y productos herbales
Aunque se consideran “naturales”, muchos suplementos pueden tener efectos nocivos sobre los riñones. Algunos ejemplos incluyen el té de aristoloquia, grandes dosis de vitamina C o productos adelgazantes no regulados.
Recomendación: Consultar siempre al médico antes de tomar suplementos, especialmente si se tienen antecedentes de problemas renales.
Los medicamentos son herramientas poderosas, pero también pueden causar daño si no se usan con responsabilidad. Si tenés factores de riesgo o antecedentes renales, es fundamental hablar con un profesional de salud antes de iniciar o continuar cualquier tratamiento. ¡La prevención y el control son clave para cuidar tus riñones!