Limpiar el horno es una de esas tareas del hogar que muchos de nosotros solemos postergar. La grasa acumulada, los restos de comida quemada y la suciedad en las rejillas pueden convertir esta labor en una auténtica pesadilla. A pesar de los productos químicos disponibles en el mercado, el proceso sigue siendo tedioso, complicado y, en algunos casos, poco efectivo.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que existe un método antiguo, simple y económico, transmitido de generación en generación, que hace que esta tarea sea mucho más fácil. En este artículo te revelamos el secreto: un truco de la abuela que simplifica la limpieza del horno y de sus rejillas usando un objeto que probablemente ya tienes en casa.
Índice
Un método efectivo y simple para limpiar el horno y las rejillas
Este método es sorprendentemente efectivo y sencillo de llevar a cabo, utilizando solo tres elementos. ¡Prepárate para dejar tu horno como nuevo!
Vas a necesitar:
- Una tina o tacho grande de plástico: El tamaño debe ser suficiente para que puedas sumergir completamente las rejillas del horno. Si no tienes uno lo suficientemente grande, también puedes usar la bañera de tu casa.
- Agua caliente: El agua caliente es fundamental para descomponer la grasa y la suciedad incrustada en las rejillas.
- Una pastilla para lavavajillas: Así es, ¡una simple pastilla para lavavajillas! Este producto no solo está diseñado para limpiar platos y cubiertos, sino que tiene un poder desengrasante increíble que puede ayudarte a deshacerte de la suciedad más resistente.
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Instrucciones:
- Coloca las rejillas en la tina o bañera: Llena el tacho o bañera con suficiente agua caliente para cubrir por completo las rejillas del horno.
- Añade la pastilla de lavavajillas: Deja que la pastilla se disuelva en el agua. A medida que el agua se mezcla con la pastilla, comenzará a descomponer la grasa acumulada en las rejillas. Deja que actúe durante al menos 2 horas, aunque si las rejillas están muy sucias, puedes dejarlas en remojo durante toda la noche.
- Retira y frota ligeramente: Pasado el tiempo de remojo, saca las rejillas del agua. Notarás que la mayoría de la suciedad y la grasa se habrán aflojado, por lo que con una esponja o cepillo suave podrás eliminar fácilmente los restos que queden adheridos.
- Enjuaga bien y seca: Finalmente, enjuaga las rejillas con agua limpia y sécalas bien antes de volver a colocarlas en el horno.