La mariposa monarca (Danus erippus), habita desde Panamá hasta Uruguay y en Argentina se distribuye por todo el país, hasta el norte de la Patagonia. Se la puede encontrar en ambientes abiertos con matorrales, incluso de gran altura, parques, jardines y ciudades. Se observa casi todo el año, con vuelo lento y potente planeo, con las patas colgando. Tiene una envergadura alar desde 60 a 85mm.
El adulto presenta puntitos blancos en el tórax y una franja apical oblicua negruzca, con puntos amarillentos. Las hembras son más oscuras y con un diseño más resaltante. Esta mariposa es una de las más conocidas, ya que es pariente de la famosa mariposa monarca (Danus plexippus) que migra desde EEUU a México. Nuestra especie también migra, pero solo algunos años, haciéndolo hacia el norte en los meses de abril a mayo. Se desconoce su ruta exacta y su destino.
Una vez que localiza la planta adecuada, a través de sus antenas, coloca los huevos amarillentos y alargados, en el envés de las hojas de manera aislada. Después de un tiempo el huevo se oscurece y emerge la oruga, la cual es negra con anillos amarillo verdosos, con cuatro apéndices filiformes negros, dos adelante y dos atrás. Llega a medir 50mm de largo. Su primer alimento suele ser la cáscara vacía del huevo, pero luego va a consumir su planta nutricia. Para la mariposa monarca se detectaron las siguientes plantas nutricias: Yerba de la Víbora, Dora, Plumerillo Negro, Tasi y Algodoncillo (del cual consume las hojas, flores y frutos dejándolo pelado por completo).
Esta etapa es muy importante, ya que la oruga debe alimentarse para alcanzar su tamaño máximo y seguir con las siguientes etapas de su ciclo biológico. Desafortunadamente muchas veces por temor y/o ignorancia, las personas creen que estas orugas matan a sus plantas y les vierten productos químicos para eliminarlas. La verdad es que las hojas vuelven a rebrotar y la oruga termina transformándose en mariposa adulta, pero para esto necesitan tiempo y alimento adecuado.
Luego de cambiar varias veces su muda de piel, alcanza su tamaño máximo y se transforma en pupa o crisálida. En esta especie llega a medir 24mm, es verdosa con marcas doradas y líneas negras y suele estar suspendida. Este es quizás el momento más vulnerable, ya que permanece inmóvil, es por esto que muchas especies presentan colores crípticos y/o un variado diseño “huidizo” para un eventual victimario. Finalmente emerge el adulto con las alas arrugadas, las que debe extender para secarlas. Si no lo consigue sus alas quedarán arrugadas, no podrá volar y morirá.
Algunas veces las orugas mueren de hambre por carecer de alimento dada la sobrepoblación que hay en las mismas plantas. Es por esto que es indispensable comenzar a familiarizarnos con nuestras especies de plantas nativas, dependiendo de la región en donde nos encontremos. Si logramos aumentar la oferta de este tipo de plantas nutricias, comenzaremos a observar mayor cantidad y variedad de mariposas cerca de nuestros hogares.
Además estas plantas tienen la ventaja de que no necesitan grandes cuidados, ya que están adaptadas a nuestro suelo y clima. El grave problema de las plantas exóticas es que muchas veces son invasoras (Madreselva, Zarzamora, Paraíso, Ligustro, Ligustrina, etc.), por lo cual desplazan a las especies nativas y como consecuencia observamos la declinación de mariposas y aves que dependen de ellas.
