Cuando la lavadora comienza a hacer golpes fuertes o vibrar excesivamente durante el centrifugado, puede parecer que algo grave está ocurriendo. Pero en la mayoría de los casos, se trata de problemas menores que puedes resolver en casa sin necesidad de gastar en un técnico.
A continuación, te explicamos qué hacer antes de contactar con un especialista.
1. Ajusta correctamente las patas de la lavadora
Antes de hacer cualquier tipo de mantenimiento, asegúrate de apagar la lavadora y desenchufarla. Si el problema aparece a mitad del ciclo, sigue las instrucciones del manual del fabricante para detenerla y vaciar el tambor de forma segura.
Pasos para nivelar las patas:
- Revisa que todas las patas estén firmemente apoyadas sobre el suelo.
- Afloja las contratuercas de las patas.
- Gira las patas hacia arriba o abajo para ajustar la altura.
- Usa un nivel de burbuja para asegurarte de que la lavadora esté completamente nivelada.
- Vuelve a ajustar las contratuercas para fijarlas contra la base de la máquina.
Un buen nivelado reduce el movimiento durante el centrifugado y previene daños estructurales con el tiempo.
2. Evita cargas desequilibradas
Uno de los errores más comunes es cargar la lavadora con prendas muy pesadas en un solo lado del tambor. Esto genera desequilibrio, causando ruido y movimientos bruscos.
Recomendaciones:
- Distribuye uniformemente las prendas dentro del tambor.
- Si vas a lavar una manta o prenda grande, añade toallas o piezas similares para equilibrar el peso.
- No sobrecargues ni dejes el tambor semivacío.
Consejos adicionales para evitar vibraciones:
- Asegúrate de que la lavadora esté sobre un piso firme y no sobre una superficie inclinada o blanda.
- Coloca un tapete antideslizante bajo la lavadora para amortiguar las vibraciones.
- Revisa que no haya objetos atrapados entre el tambor y la carcasa, como monedas o botones.
Conclusión
Antes de llamar a un técnico por ruidos y sacudidas durante el centrifugado, realiza estas comprobaciones y ajustes simples. Muchas veces, nivelar las patas o equilibrar la carga puede resolver el problema y prolongar la vida útil de tu lavadora sin necesidad de reparaciones costosas.
Adoptar estos hábitos de mantenimiento también mejora el rendimiento de tu equipo y te ayuda a evitar fallas futuras.