Saltar al contenido

Las seis posturas japonesas que ayudan a mantener movilidad, equilibrio y vitalidad después de los 70

En muchos países, llegar a los 70 años suele estar asociado al dolor de rodillas, la pérdida de equilibrio, la dependencia y la sensación de que el deterioro físico es parte inevitable de la edad. Sin embargo, en Japón la realidad es completamente distinta. Allí es común ver a personas de 80 y 90 años caminar erguidas, trabajar en su huerto, cocinar en cuclillas, subir escaleras sin apoyo y mantener una vitalidad que desafía los estereotipos del envejecimiento.

No se trata de genética privilegiada ni de tratamientos costosos. La diferencia está en los hábitos cotidianos y, sobre todo, en una serie de posturas funcionales que los japoneses practican durante toda su vida. Son movimientos simples, silenciosos y profundamente efectivos para fortalecer músculos estabilizadores, mejorar la postura, estimular la circulación y conservar la movilidad.

Estas son las seis posturas que explican la longevidad funcional japonesa y cómo puedes incorporarlas desde casa.


Índice

    Seiza: sentarse sobre los talones con alineación total

    Una postura tradicional presente en ceremonias, reuniones familiares o prácticas meditativas. Sentarse sobre los talones obliga a activar la musculatura profunda de la espalda, estira intensamente los cuádriceps y fortalece tobillos y pies.

    Seiza favorece la circulación, corrige la alineación corporal y desarrolla una postura erguida incluso al caminar. Para comenzar, puedes usar una pequeña almohada entre los talones y la cadera y sostener la postura 30 segundos.


    Kibadachi: la base firme de las artes marciales

    Esta posición, inspirada en la postura de montar a caballo, es uno de los pilares del entrenamiento tradicional japonés. Las piernas se colocan bien abiertas, las rodillas flexionadas y la columna completamente vertical.

    Kibadachi desarrolla estabilidad lateral, refuerza glúteos y muslos internos y mejora la propiocepción, es decir, la habilidad del cuerpo para reconocer su posición en el espacio. Practicarla a diario reduce el riesgo de caídas y fortalece la cadera, una zona clave para mantener independencia en la vejez.


    Neko Ashi Dachi: equilibrio felino

    Esta postura, conocida como la “pata del gato”, entrena la estabilidad sobre una sola pierna. El peso se apoya mayormente en la pierna trasera mientras la delantera toca el suelo solo con la punta del pie.

    Es uno de los ejercicios más eficaces para fortalecer tobillos, mejorar el equilibrio neuromuscular y reducir la probabilidad de esguinces y tropiezos. También beneficia a quienes sufren pies planos o fascitis plantar.


    Zazen: meditación postural y fuerza interna

    Más que una postura, Zazen es un entrenamiento isométrico completo. Sentarse en el suelo con la columna perfectamente erguida activa el transverso abdominal, el suelo pélvico y los pequeños músculos que sostienen cada vértebra.

    Además de fortalecer la postura, Zazen reduce los niveles de estrés, mejora la respiración funcional y favorece procesos de regeneración celular. Es una práctica sencilla pero muy poderosa para quienes buscan conservar movilidad y estabilidad sin impacto físico.


    Shiko Dachi: la postura del sumo

    Popular entre los luchadores de sumo por su capacidad para generar estabilidad y potencia. Las piernas se separan ampliamente con las puntas hacia afuera, se flexionan las rodillas y se baja la cadera de manera controlada.

    Shiko Dachi desbloquea la movilidad de las caderas, fortalece intensamente la musculatura de las piernas y protege la zona lumbar y las rodillas. Una cadera rígida es una de las causas silenciosas del dolor crónico en adultos mayores; esta postura es una forma directa de contrarrestarla.


    Sentadilla en pared: fuerza profunda sin impacto

    Es una de las prácticas más utilizadas en Japón dentro del entrenamiento moderno. Apoyar la espalda en la pared y descender hasta formar un ángulo de 90 grados activa cuádriceps, glúteos y abdomen sin cargar la columna.

    La sentadilla en pared mejora la resistencia muscular, estimula la circulación y ha demostrado beneficios cardiovasculares comparables a caminar a ritmo moderado, especialmente en personas mayores o con movilidad limitada.


    El movimiento como fundamento de la longevidad

    Las posturas japonesas no son técnicas complejas ni rutinas de gimnasio. Son prácticas cotidianas que mantienen articulaciones sanas, músculos activos y una postura que sostiene el cuerpo con eficiencia.
    La clave no es la intensidad, sino la constancia.

    Cualquier persona, a cualquier edad, puede comenzar a practicarlas y experimentar mejoras significativas en estabilidad, movilidad y energía diaria.


    Disclaimer

    Este artículo es solo informativo. Si tienes dolores, limitaciones de movilidad o una condición médica, consulta con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tipo de ejercicio o postura física.

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *