La camomila o manzanilla es una hierba que crece de manera silvestre en los climas tropicales. Se caracteriza por tener flores similares a las margaritas, pétalos blancos pequeños alrededor de un centro amarillo y prominente.
Las propiedades medicinales de la manzanilla son conocidas desde el siglo XVIII.
A continuación proponemos diversos usos para tratar múltiples malestares.
La infusión
Es muy importante para que la hierba conserve y concentre sus propiedades preparar la infusión de manera adecuada. Los expertos recomiendan consumirla fresca. Debemos preparar un té caliente con 15 gr de ramas, hojas o flores; en un litro de agua, no dejando que hierva más de 7 minutos. En la evaporación del agua puede perder potencial curativo por lo que es mejor que se use en un recipiente con tapa.
Usos
Bronquitis, catarros, gripes: la inhalación de los vapores de la ebullición del té ayuda a despejar las vías respiratorias.
Asma: en agua hirviendo poner partes iguales de manzanilla y hierba buena, dejar reposar durante 30 minutos y tomarla durante los ataques asmáticos.
Dolores menstruales y de estómago: poner compresas remojadas en el té o hacer un cataplasma con las hojas/flores que quedan luego de colar la infusión sobre el vientre. También beber una taza del té.
Ansiedad y calambres: beber una taza de té de camomila, es un ansiolítico maravilloso.
Para niños sobrexcitados: en un recipiente con agua hirviendo incorporar cuatro cucharaditas de manzanilla disecada. Dejar en reposo en un recipiente tapado hasta que enfríe y luego darle de beber al niño.
Desinflamatorio y cicatrizante: aplicar un cataplasma de hojas sobre las zonas afectadas ayudará a un efectivo alivio de inflamaciones y en el caso de cicatrices, las hará desaparecer si tenemos constancia en el tratamiento.
Ante cualquier síntoma de alergia leve discontinuar el uso, si el síntoma persiste recomendamos consultar con un médico.