Las garrapatas, pequeños parásitos que muchas veces pasan desapercibidos, pueden provocar graves consecuencias para la salud humana. En los últimos años, los especialistas en salud pública han alertado sobre un aumento en los casos de enfermedades transmitidas por garrapatas, especialmente en zonas rurales o boscosas donde estos ácaros proliferan.
Enfermedades como la de Lyme, el síndrome alfa-gal y la parálisis por garrapatas no solo son cada vez más comunes, sino también más complejas de diagnosticar y tratar. Entender sus riesgos es fundamental para prevenir complicaciones.
¿Por qué son tan peligrosas las garrapatas?
Las garrapatas se alimentan de la sangre de animales y humanos. Durante esta acción, pueden transmitir bacterias, virus y toxinas que desencadenan enfermedades potencialmente graves. A diferencia de otros insectos, muchas veces la picadura de una garrapata no genera dolor inmediato, lo que permite que se mantenga adherida por horas o incluso días sin ser detectada.
Algunas especies de garrapatas están asociadas a patologías que van desde reacciones alérgicas severas hasta enfermedades infecciosas crónicas. Entre las más preocupantes se encuentran tres: la enfermedad de Lyme, el síndrome alfa-gal y la parálisis por garrapatas.
Enfermedad de Lyme, síndrome alfa-gal y parálisis por garrapatas
1. Enfermedad de Lyme
Es causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, transmitida por la picadura de la garrapata de patas negras (Ixodes scapularis). Es común en América del Norte, Europa y algunas regiones de Asia.
Síntomas comunes:
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Fiebre
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Fatiga
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Dolor de cabeza
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Dolor en músculos y articulaciones
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Erupción cutánea en forma de “diana” o anillo
Riesgos: Si no se trata a tiempo, puede afectar el sistema nervioso, el corazón y las articulaciones, causando secuelas crónicas como artritis persistente, parálisis facial o trastornos neurológicos.
2. Síndrome alfa-gal
Se trata de una reacción alérgica al azúcar alfa-gal, presente en la carne roja (como vaca, cerdo o cordero). Este síndrome se desarrolla tras la picadura de ciertas garrapatas, como la garrapata estrella solitaria (Amblyomma americanum).
Síntomas comunes:
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Urticaria
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Hinchazón
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Dificultad para respirar
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Dolor abdominal o vómitos tras consumir carne roja (los síntomas pueden aparecer varias horas después)
Riesgos: Puede derivar en anafilaxia, una reacción alérgica grave que pone en riesgo la vida.
3. Parálisis por garrapatas
Causada por una neurotoxina que algunas garrapatas liberan al adherirse a la piel y alimentarse durante un tiempo prolongado. Esta toxina afecta el sistema nervioso.
Síntomas comunes:
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Debilidad progresiva en brazos y piernas
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Dificultad para caminar o hablar
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Parálisis facial
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En casos severos, parálisis respiratoria
Riesgos: Si no se detecta y se elimina la garrapata a tiempo, puede llevar a la parálisis total e incluso a la muerte por falla respiratoria.
Consejos para prevenir estos riesgos
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Evitar zonas infestadas de garrapatas (pastizales altos, bosques densos) o usar ropa adecuada: pantalones largos, mangas largas y botas.
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Aplicar repelente de insectos con DEET o permetrina en ropa y piel expuesta.
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Revisar el cuerpo y la ropa al regresar del exterior, prestando atención especial al cuero cabelludo, axilas, ingles, cintura y detrás de las rodillas.
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Ducharse dentro de las dos horas posteriores a estar al aire libre puede ayudar a detectar y eliminar garrapatas antes de que se adhieran.
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Quitar las garrapatas con pinza de punta fina, agarrándola lo más cerca posible de la piel y tirando con firmeza hacia arriba. No aplicar aceites, fuego ni alcohol, ya que eso puede empeorar la situación.
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Consultar al médico ante cualquier síntoma extraño, sarpullido o malestar tras una picadura.
Estas enfermedades transmitidas por garrapatas deben tomarse con seriedad. La detección temprana y la prevención son las mejores armas para evitar complicaciones. Estar informado puede marcar la diferencia entre un pequeño susto y una amenaza grave para la salud.