El glorioso cantor nacido en la localidad de Perico, provincia de Jujuy, finalmente tendrá su merecido reconocimiento en Cosquín, ciudad meca del cancionero popular de nuestro país.
Una escultura con la imagen de Jorge «el Turco» Cafrune, obsequio del Gobierno de Córdoba, gestión de Juan Schiaretti, a través de la Agencia Córdoba Turismo, será descubierta mañana viernes 29 a las 11 de la mañana en la Plaza «Próspero Molina» de Cosquín. Estarán presentes el gobernador de la provincia, el titular de la Agencia Córdoba Turismo, Julio Bañuelos, y el intendente coscoíno Gabriel Musso. Esta escultura se sumará a las de Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui, inauguradas en enero del año pasado durante la gestión de José Manuel de la Sota.
Luego de el acto de inauguración, se realizará una “guitarreada” para celebrar la vuelta simbólica del cantor a la ciudad de Cosquín. Más tarde, a las 19 hs en el micro cine de la Sala de Convenciones (frente a la plaza San Martín), se proyectará «Cuando llegue el alba”, la primera película documental sobre la vida de Jorge Cafrune, realizada por el cantautor misionero Joselo Schuap. Además, en la séptima noche del Festival actuará Yamila Cafrune junto a invitados como Facundo Ramírez y Joselo Schuap.
Cafrune surgió en el Cosquín de los años ’60 y fue uno de los artistas que más se identificó con la mística del festival y con su desarrollo. Fue Jaime Dávalos quien en 1962 le recomendó probar suerte en el Festival de Cosquín. Entonces, Cafrune se presentó en la localidad cordobesa y obtuvo un lugar para actuar fuera de cartel, consagrándose por elección del público como «primera revelación». Luego vino su primer disco, la consagración definitiva, las giras y la vuelta al Festival cada año. En 1965, sin avisar a la organización, presentó a una joven cantante tucumana: Mercedes Sosa.
En enero de 1978, durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, el público le pidió una canción que estaba prohibida: «Zamba de mi esperanza». Cafrune respondió que «aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar». De acuerdo con el testimonio de Teresa Celia Meschiati, en el centro de detención de La Perla, el teniente primero Enrique Villanueva comentó que “había que matarlo para prevenir a los otros”.
Falleció el 1 de febrero de 1978 luego de ser embestido por una camioneta mientras montaba su caballo cerca de la localidad de Benavídez, provincia de Buenos Aires. El hecho nunca fue esclarecido del todo.