Si repasamos la lista de clásicos de amor frustrado de nuestro cancionero nacional, no podríamos dejar de reparar en el chamamé Merceditas de Ramón Sixto Ríos.
La canción nos cuenta el romance del mismo Ramón Sixto Ríos y Mercedes Strickler Khalov; él oriundo de Entre Ríos, ella de Humboldt, Santa Fé; él cantor de la tierra hijo de los ríos, ella hija de un tambero suizo.
Así nació nuestro querer…
Cuenta la historia que Ríos llega con su compañía teatral a Humboldt y, luego de la función, ve a esta gringuita entre la gente que había ido a ver las representaciones del grupo y ambos quedan flechados. Enamorados el uno del otro empiezan una amistad a la que la madre de Mercedes se opone.
Menospreciado en su condición de artista por los padres de su amada, Ramón decide quedarse en Humboldt, dejar su vida bohemia y buscarse un trabajo. Así empieza a desempeñarse como cajero de un banco pero no alcanzó. Cuando Ríos le propone a Merceditas casamiento ella lo rechaza.
Él parte a Buenos Aires con el corazón roto y meses más tarde se escucha en todas las radios del país el lamento de ese corazón que sangraba, Merceditas, el chamamé, era un éxito nacional.
Cuarenta años después
Ramón nunca más supo de su amada y se casó con otra mujer pero enviudó al poco tiempo. Cuarenta años después le llegó la noticia de que en una revista había un artículo publicado en el que una mujer decía ser la musa del famoso chamamé. Inmediatamente le escribió a Mercedes invitándola a Buenos Aires, y esta vez ella aceptó, pero volvió a rechazar la propuesta de matrimonio.
En el tiempo que le quedó de vida, Ríos, desoyendo las negativas de Merceditas, le depositó dinero en una cuenta bancaria, como si fuera un esposo atento y preocupado por su mujer.
Mercedes murió en 2001 a los 84 años, el año siguiente en el Festival de Chamamé de Federal se le hizo un gran homenaje.