Si buscas un plato sencillo y sin complicaciones para preparar, las espinacas con queso en salsa de tomate son la elección perfecta.
Para esta receta, es preferible utilizar ingredientes tiernos. Las espinacas y el queso deben ser frescos para que el plato tenga un gusto y un sabor suculentos.
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Utiliza tomates maduros que no estén demasiado verdes; si están demasiado maduros tendrán un sabor fuerte que puede opacar la receta de espinacas.
Sin más dilación, para estas deliciosas espinacas con queso vas a necesitar:
Ingredientes
- Espinacas frescas
- Puré de Tomate
- Queso blanco fresco
- Aceite de Oliva
- Mantequilla
- Cebolla blanca picada
- Ajo triturado
- 1 cucharadita de azúcar
- Albahaca fresca
- Orégano en polvo
- 1 taza de Agua
- Sal
Nota: No hace falta las cantidades, ya que se puede utilizar un poco de cada cosa y dejarla totalmente a tu gusto.
Preparación
1- Calienta una sartén a fuego medio y añade el aceite de oliva y la mantequilla.
2- Una vez derretida la mantequilla, pon la cebolla y sofríela 1 minuto.
3- Añade el ajo, el azúcar, la sal, la albahaca y el orégano y mezcla todo.
4- Pon el puré de tomate con un poco de agua y cuece hasta que espese (unos 5 minutos).
5- Incorpora las espinacas y tapa durante un minuto antes de añadir los trozos de queso.
6- Vuelve a tapar durante dos minutos o hasta que el queso se derrita por completo.
¡Y listo, ya podemos disfrutar de esta delicia!
Recomendaciones para conservar las espinacas
- Las espinacas ideales son las que no presentan signos de deterioro y tienen un color entre verde medio y verde oscuro. Manéjalas con precaución y guárdalas dentro de una bolsa de plástico cerrada en el frigorífico. Así durarán unos cuatro días.
- Es mejor no lavarla antes de guardarla, ya que la humedad podría dañarla.
- Cuando estés listo para comerlas, asegúrate de limpiar bien cualquier resto de suciedad o producto químico que pueda haber en los tallos o las hojas.
- La mejor forma de cocinar las espinacas es al vapor, salteadas o en el microondas.
- Se aconseja no calentarlo demasiado para que los nutrientes permanezcan intactos.
