Con el uso frecuente, el lavarropas puede acumular residuos de detergente, suavizante, humedad y hasta bacterias que generan un olor desagradable. Afortunadamente, existe una solución simple, económica y efectiva que puedes encontrar en tu propia cocina: el vinagre blanco.
Este producto natural no solo neutraliza olores, sino que desinfecta, desincrusta la cal y limpia en profundidad. A continuación, te explicamos cómo usarlo correctamente y qué otras medidas puedes tomar para mantener tu lavarropas siempre fresco y en óptimas condiciones.
Limpieza del tambor con vinagre blanco
El tambor es el corazón del lavarropa, y cuando se ve afectado por residuos acumulados, se convierte en una fuente de malos olores. El vinagre blanco es un potente limpiador natural gracias a su contenido de ácido acético, capaz de eliminar hongos, bacterias y residuos minerales.
Cómo hacerlo:
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Asegúrate de que el tambor esté vacío.
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Vierte media taza (o incluso una taza completa para lavadoras muy sucias) de vinagre blanco directamente en el cajetín del detergente o en el tambor.
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Selecciona un ciclo de lavado largo con agua caliente (idealmente 60 ºC o más).
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Una vez finalizado el ciclo, deja la puerta abierta para que se ventile y se seque por completo.
Este proceso puede repetirse una vez al mes para evitar la formación de olores persistentes.
Limpieza de la goma de la puerta
La goma (o junta) de la puerta está constantemente en contacto con agua y jabón, lo que la convierte en un entorno propicio para la formación de moho negro y bacterias malolientes. Limpiarla regularmente es esencial para evitar contaminaciones y malos olores.
Pasos recomendados:
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Mezcla una solución al 50 % de agua y vinagre blanco (también puedes añadir unas gotas de limón para potenciar el efecto desodorizante).
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Con un paño o cepillo de dientes viejo, frota bien la goma, especialmente en los pliegues donde se acumula suciedad.
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Si observas moho persistente, puedes aplicar bicarbonato de sodio antes de frotar.
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Seca con un paño limpio y deja la puerta abierta después de cada lavado.
Limpieza del cajoncito del jabón
El cajoncito suele ser olvidado, pero en él se acumulan restos de detergente, suavizante y humedad. Esto favorece la proliferación de bacterias que producen mal olor.
Cómo limpiarlo correctamente:
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Retira el cajoncito (consulta el manual si no sabes cómo desmontarlo).
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Déjalo en remojo durante 15-20 minutos en agua caliente con un chorro de vinagre blanco.
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Frota con un cepillo para eliminar restos adheridos.
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Sécalo bien antes de volver a colocarlo en su lugar.
Limpieza del filtro
El filtro del lavarropa atrapa objetos pequeños, pelusas y residuos sólidos. Si no se limpia con regularidad, puede generar mal olor y obstruir el drenaje del agua.
Pasos para limpiar el filtro:
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Desconecta el lavarropa y localiza el filtro (suele estar en la parte inferior frontal).
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Coloca una toalla o recipiente debajo para recoger el agua que pueda salir.
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Extrae el filtro y limpia todos los restos bajo el grifo.
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Asegúrate de volver a colocarlo correctamente.
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Consejos adicionales para mantener un lavarropas libre de olores:
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Añadir bicarbonato de sodio en cada lavado: Una cucharada junto con el detergente mejora la limpieza, neutraliza olores y ablanda el agua.
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Evitar el exceso de detergente: Usar demasiado detergente genera acumulación en el tambor y conductos, lo que favorece el mal olor y daña el sistema.
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No cerrar la puerta al terminar el lavado: Mantener la puerta entreabierta permite que se evapore la humedad interna, reduciendo el riesgo de moho.
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Secar los compartimentos y juntas después de cada uso: Una pasada rápida con un paño seco puede evitar que se acumule humedad.
¡Con estas prácticas, tu lavarropas funcionará como nueva y tu ropa saldrá siempre con un aroma fresco y limpio!