Un método sencillo está circulando entre conductores: permite reparar una llanta pinchada en cuestión de minutos, utilizando materiales al alcance de la mayoría.
A continuación te explicamos cómo realizarlo paso a paso, y cuándo conviene recurrir a un mecánico.
¿Qué materiales necesitas?
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Solución de agua con unas gotas de jabón líquido.
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Un kit básico para reparación de neumáticos (kit de mechas): suele incluir una herramienta metálica en espiral, una aguja especial y tiras de caucho-mecha.
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Pinzas o alicates para extraer el objeto que provocó el pinchazo.
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Cuchilla o navaja para recortar el excedente de la mecha, una vez insertada.
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Bomba de aire o compresor (o al menos un inflador manual) para volver a llevar la llanta a la presión adecuada.
Paso a paso
1. Detectar el lugar de la fuga
Mezcla agua con jabón y rocía la superficie de la llanta. Donde aparezcan burbujas, ahí está la fuga de aire.
2. Quitar el objeto incrustado
Si ves un clavo, tornillo o piedra que perforó la llanta, extráelo con cuidado usando pinzas o alicates.
3. Preparar y limpiar el orificio
Introduce la herramienta espiral en el agujero para “abrir” el agujero un poco y limpiarlo. Esto hará que la reparación se adhiera mejor.
4. Insertar la mecha de caucho
Toma la tira de caucho del kit, colócala en la herramienta tipo aguja y presiónala dentro del orificio hasta que quede firmemente colocada. Luego extrae rápidamente la herramienta para que la mecha quede fija como parche.
5. Recortar el exceso y volver a inflar
Corta el excedente de la tira de caucho para que no sobresalga mucho de la banda de rodadura. Luego infla la llanta hasta la presión recomendada. Verifica nuevamente usando la solución jabonosa que no salgan más burbujas.
Ventajas de este método
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No requiere desmontar toda la llanta ni acudir inmediatamente a un taller.
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Es económico y se puede hacer en casa o incluso en la carretera.
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Si se realiza correctamente, la reparación puede durar varios meses.
Precauciones importantes
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Si el orificio es muy grande o está ubicado en el costado lateral del neumático, no intentes repararlo con este método: lo más seguro es reemplazar la llanta.
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Comprueba la presión de la llanta frecuentemente luego de la reparación para asegurar que se mantiene adecuada.
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Esta técnica sirve como solución rápida y de emergencia, pero no siempre sustituye una reparación profesional definitiva según el tipo y grado de daño.