Aunque parezca increíble, el papel higiénico —ese producto tan cotidiano y aparentemente imprescindible— podría tener los días contados. ¿La razón? Una combinación de factores ecológicos, económicos y culturales está impulsando una transformación silenciosa pero inevitable en los hábitos de higiene personal.
Cada año se talan millones de árboles para producirlo, su proceso de fabricación consume cantidades inmensas de agua y químicos, y su costo se vuelve cada vez más alto. Por eso, muchas personas alrededor del mundo ya están buscando y adoptando alternativas más sostenibles.
¿Con qué puede ser reemplazado el papel higiénico tradicional?
En realidad, existen múltiples formas más higiénicas, económicas y ecológicas de limpiar el cuerpo sin depender del papel higiénico. A continuación, te contamos las más utilizadas y por qué deberías empezar a considerarlas.
1. El bidet
El más conocido en países como Argentina, Italia o Japón. Este dispositivo permite la limpieza con agua directamente sobre la zona íntima. Es más higiénico, reduce la irritación y elimina la necesidad de usar papel. Actualmente hay opciones modernas como los bidets portátiles o eléctricos que se instalan fácilmente en cualquier inodoro.
2. Papel higiénico reutilizable
Se trata de paños suaves lavables (también llamados “toallitas de tela”) que pueden usarse, lavarse y volver a usar. Aunque puede parecer extraño al principio, muchas familias ya lo adoptaron por su gran ahorro económico y el impacto ambiental mínimo.
3. Botellas de enjuague (estilo «bidet de viaje»)
Una solución económica y portátil muy usada en países de Asia. Son botellas con un aplicador diseñado para rociar agua, utilizadas principalmente por viajeros o personas sin acceso a bidet.
4. Duchas higiénicas o mangueras para WC
Estas pequeñas duchas, instaladas al lado del inodoro, permiten una limpieza profunda y efectiva. Son comunes en países como India, Indonesia y algunos países árabes.
5. Esponjas naturales individuales
Una práctica que ya existía en civilizaciones antiguas. Cada persona tiene su esponja personal, la limpia después de usarla y la reutiliza. Actualmente se están fabricando con materiales hipoalergénicos y antibacteriales.
¿Por qué deberíamos pensar en un cambio?
-
Impacto ambiental: El papel higiénico implica tala de árboles, uso de químicos blanqueadores y altos consumos de agua durante su fabricación.
-
Costos: Es un producto que constantemente sube de precio y su uso es diario, lo que implica un gasto considerable a largo plazo.
-
Salud e higiene: El agua limpia más a fondo que el papel y evita irritaciones, infecciones o residuos.
-
Adaptabilidad: Muchas de estas opciones se pueden instalar fácilmente en casa o llevar en el bolso, lo que las hace prácticas y accesibles.
Consejos para empezar la transición
-
Probá primero con un bidet portátil si no tenés uno instalado.
-
Comenzá a usar papel reutilizable solo para secar después de limpiar con agua, lo que reduce su uso a la mínima expresión.
-
Educá a los más chicos desde temprano sobre las ventajas de un sistema más ecológico y moderno.
-
Investigá opciones locales: cada país ya ofrece productos adaptados para esta transición, desde duchas hasta dispositivos para convertir tu inodoro en bidet.