Las sartenes son uno de los utensilios más usados en la cocina… y también de los que más sufren el desgaste. Con el tiempo, acumulan grasa, manchas quemadas, sarro e incluso óxido, especialmente en el fondo o los bordes. Tirarlas y comprar nuevas puede parecer la única solución, pero hoy te voy a mostrar que podés devolverles su brillo original con un truco casero, simple y poderoso.
Este método no requiere productos costosos ni químicos agresivos. Solo necesitás tres ingredientes que seguro tenés en casa y unos pocos minutos de tu tiempo. ¡Tus sartenes van a quedar como recién salidas de la tienda!
¿Cómo dejar tus sartenes como nuevas?
Con este truco simple y natural, tus sartenes viejas pueden volver a brillar como nuevas sin necesidad de gastar dinero ni usar productos abrasivos. ¡Probalo y vas a ver la diferencia!
Vas a necesitar:
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1 cucharada de sal fina
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1 cucharada de bicarbonato de sodio
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3 toallitas húmedas (de bebé o multiuso)
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Un poco de agua
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1 sartén caliente
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1 esponja o cepillo suave
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Opcional: guantes para proteger tus manos
Paso a paso: limpieza profunda con ingredientes caseros
1. Calentá la sartén
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Colocá la sartén sobre la hornalla a fuego medio durante unos segundos.
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Esto ayudará a abrir los poros del metal y facilitar la acción de los ingredientes.
2. Aplicá sal y bicarbonato
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Retirá la sartén del fuego con cuidado.
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Espolvoreá una cucharada de sal y una de bicarbonato directamente sobre la superficie, especialmente donde haya manchas u óxido.
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Distribuí bien para que cubran toda la zona afectada.
3. Cubrí con toallitas húmedas
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Colocá dos toallitas húmedas sobre la mezcla.
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Estas mantendrán la humedad y facilitarán que los ingredientes actúen más profundamente.
4. Agregá agua
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Verté un poco de agua directamente sobre las toallitas, lo suficiente como para humedecerlas completamente pero sin inundar la sartén.
5. Dejá actuar
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Esperá 10 minutos. Durante este tiempo, la combinación del calor residual, la sal, el bicarbonato y la humedad comenzará a despegar la grasa, el óxido y las manchas incrustadas.
6. Enjuagá y frotá
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Retirá las toallitas.
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Con una esponja o cepillo suave, frotá suavemente para retirar cualquier resto persistente.
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Enjuagá con agua caliente y secá bien.
¡Vas a notar cómo tu sartén recupera su brillo original!
¿Por qué funciona este truco?
Este truco es efectivo porque:
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La sal actúa como abrasivo natural, ayudando a raspar sin rayar.
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El bicarbonato de sodio es un potente desengrasante y desincrustante.
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El calor dilata las partículas adheridas, facilitando su remoción.
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Las toallitas húmedas, al estar impregnadas con suavizantes y agua, retienen humedad y potencian el efecto limpiador de la mezcla.
Consejos útiles
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No uses estropajos metálicos, ya que pueden rayar la sartén.
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Si la suciedad está muy adherida, podés repetir el proceso una segunda vez.
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Para mantener tus sartenes como nuevas, evitá el uso de fuego muy alto y limpialas apenas termines de usarlas.
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Si son de hierro fundido, asegurate de secarlas bien y aplicar unas gotas de aceite luego de limpiarlas para prevenir el óxido.