Los repasadores son uno de los elementos más utilizados en la cocina. Se usan para secar platos, limpiar superficies, absorber derrames e incluso manipular utensilios calientes. Por eso, no es raro que acumulen grasa, manchas de comida, olores fuertes y suciedad que no siempre sale con un simple lavado en el lavarropas.
Con el tiempo, se ven desgastados y muchas veces pensamos en tirarlos… pero no hace falta. Desde Corea, llegó un truco casero que se volvió viral: en solo unos minutos, podés devolverle la blancura y frescura a tus repasadores viejos, usando ingredientes simples que ya tenés en casa.
Cómo lavar repasadores percudidos y dejarlos como nuevos
¿Qué vas a necesitar?
Este método de limpieza profunda utiliza elementos básicos, pero muy eficaces. La combinación de calor con ingredientes activos logra desincrustar la suciedad más resistente sin dañar las fibras del tejido.
Ingredientes:
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Agua (cantidad suficiente para cubrir los repasadores)
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3 cucharadas de sal gruesa o fina
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3 cucharadas de bicarbonato de sodio
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2 cucharadas de jabón en polvo o líquido (también podés usar una pastilla de jabón de lavar y rallarla)
Materiales:
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Una olla grande o recipiente resistente al calor
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Una cuchara de madera o pinza para revolver
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Guantes de cocina (opcional)
Procedimiento paso a paso:
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Llená la olla con agua
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Colocá suficiente agua como para cubrir bien los repasadores que querés limpiar.
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Agregá los ingredientes
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Cuando el agua esté tibia, agregá la sal, el bicarbonato de sodio y el jabón (en la forma que tengas disponible). Mezclá bien para que todo se disuelva.
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Incorporá los repasadores
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Colocá los repasadores dentro del agua, asegurándote de que queden completamente sumergidos.
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Llevá al fuego
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Poné la olla sobre la hornalla y dejá hervir durante 10 a 15 minutos. Verás cómo el agua cambia de color al desprenderse la suciedad acumulada.
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Dejá enfriar y enjuagá
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Apagá el fuego y esperá a que el agua se enfríe lo suficiente para manipular los repasadores. Luego, enjuagalos con agua limpia y escurrilos bien.
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Secá al sol
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Para potenciar el blanqueo, colgá los repasadores al sol. Esto también eliminará cualquier resto de olor.
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Consejos útiles:
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No uses este método con repasadores muy delicados o con bordados, ya que el calor puede deteriorarlos.
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Podés repetir el procedimiento una vez por mes para mantener tus repasadores limpios y desinfectados.
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Añadir unas gotas de limón al agua hirviendo puede ayudar a neutralizar olores fuertes y dar un toque de frescura natural.
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Si los repasadores tienen manchas muy marcadas, frotá esas zonas con jabón antes de hervirlos.
Este truco coreano no solo es efectivo y económico, sino que además te permite darle nueva vida a tus repasadores sin esfuerzo ni productos costosos. Con solo unos pocos ingredientes y unos minutos, podés transformar paños sucios y gastados en piezas limpias, frescas y listas para seguir acompañándote en la cocina. ¡Probalo y sorprendete con el resultado!