Cuando los niños comienzan a mostrar signos de independencia, nos enfrentamos a una situación que puede generar diversos sentimientos en los padres.
Por un lado, estamos felices de ver que nuestros hijos se están convirtiendo en personas autónomas, pero por otro podemos sentirnos un poco nerviosos o inseguros frente a este cambio. En este artículo hablaremos sobre la terquedad de los niños y cómo deben actuar los padres ante su independización.
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En los primeros años de la infancia, nuestros hijos se caracterizan por ser muy dependientes y necesitan hacer todo con nuestro apoyo. Sin embargo, a medida que van creciendo comienzan a desarrollar una mayor independencia y buscan hacer las cosas por sí mismos.
Esto puede ser muy frustrante para los padres, especialmente si no están acostumbrados a que sus hijos tengan una actitud terca o persistan en conseguir lo que quieren. Por ejemplo, cuando nos piden algo y no les damos la respuesta deseada, ellos se muestran insistentes y buscan de todas las formas posibles hacernos cambiar de opinión.
La terquedad, esa actitud que generalmente no solemos valorar, se convierte en una característica clave en el desarrollo de la independencia. Es a través de esta actitud que los niños aprenden a defender sus ideas y a no rendirse fácilmente.
Por lo tanto, es importante que los padres respeten esta característica y no intenten forzar a sus hijos a hacer las cosas de la forma en que ellos quieren. De esta manera, los padres deberían permitirles realizar las tareas por sí mismos y no hacerlas por ellos.
Por ejemplo, si el niño tiene una maqueta para armar pero se equivoca en alguna parte, es mejor que no la arreglemos y que le permitamos volver a intentarlo. Así aprenderá de su error y se sentirá más satisfecho consigo mismo.
¿Cómo debemos actuar los padres?
Si bien no podemos negar que nos incomode un poco la actitud terca de los niños, es importante apoyarlos en el desarrollo de esta característica. Por lo tanto, debemos actuar de la siguiente forma:
– Respetar las opiniones y decisiones de nuestros hijos.
– Escucharlos atentamente y brindarles el apoyo necesario.
– No forzarlos a hacer las cosas de la forma en que nosotros queremos.
– Permitirles realizar las tareas por sí mismos y no hacerlas por ellos.
– Celebrar cada paso que den en dirección a la independencia.
Al apoyar a nuestros hijos en su desarrollo, estamos fortaleciendo su independencia y ayudándolos a convertirse en personas autónomas. ¡Esperamos que este artículo les sea de utilidad!
