Mantener la cocina limpia y libre de malos olores puede ser un desafío. Afortunadamente, existe un truco sencillo y económico que utiliza ingredientes comunes: un huevo y un poco de detergente para platos.
A continuación, te explicamos el proceso paso a paso y añadimos consejos adicionales para maximizar los resultados. Además, podrás visualizar el procedimiento a través del siguiente vídeo del canal de Guten Appetit:
Ingredientes
- 1 huevo (solo se utilizará la clara)
- Detergente para platos
- Botella de plástico vacía
- Recipiente pequeño
Procedimiento paso a paso
1. Separar la clara del huevo:
Rompe un huevo en un bowl pequeño. Usa una botella de plástico para extraer la yema: aprieta la botella ligeramente, colócala sobre la yema y suéltala para que la yema sea absorbida. Reserva la yema para otro uso, ya que en este truco solo se emplea la clara.
2. Preparar la mezcla limpiadora:
Añade varias cucharadas de detergente para platos a la clara de huevo en el bowl. Remueve bien hasta que se forme una mezcla homogénea.
3. Aplicar la solución en el fregadero:
Vierte la mezcla directamente en el desagüe del fregadero. Deja actuar durante varios minutos para que las propiedades químicas naturales hagan efecto.
4. Resultado:
Después del tiempo de espera, enjuaga con agua caliente. Notarás que el fregadero queda limpio, brillante y sin malos olores.
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Consejos adicionales
- Usa agua caliente después de aplicar la mezcla para potenciar el efecto desinfectante.
- Realiza este procedimiento por la noche para permitir que la mezcla actúe durante varias horas sin interrupciones.
- Repite el truco semanalmente para mantener el fregadero en óptimas condiciones y evitar la acumulación de residuos.
- Añade unas gotas de vinagre blanco a la mezcla si deseas un efecto desodorizante aún más potente.
- Asegúrate de limpiar también el borde y el rebosadero del fregadero, zonas donde suelen acumularse bacterias.
Este método es una forma práctica, económica y ecológica de mantener la cocina limpia, evitando el uso excesivo de productos químicos agresivos. Con solo un huevo y un poco de detergente, puedes darle a tu fregadero un aspecto reluciente y fresco.