A continuación, te comparto el método infalible que utilizan las lavanderas expertas para que tus toallas no queden duras ni ásperas.
Te recomendamos: Cómo aprovechar las toallas viejas en vez de desecharlas
Preparación previa: el remojo es clave
Antes de lavar tus toallas, es fundamental prepararlas correctamente.
Una excelente opción es dejarlas en remojo durante unas horas en una mezcla natural que les devuelva la suavidad perdida.
Aquí tienes tres alternativas efectivas:
- Agua fría con dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
- Agua fría con dos cucharadas de vinagre blanco.
- Agua con 150 g de ácido cítrico.
Este paso ayuda a eliminar los residuos de detergente acumulados, que son una de las principales causas de la rigidez en las toallas.
Lavado adecuado: la temperatura importa
Al momento de lavar tus toallas en la máquina, ajusta la centrifugación al mínimo para evitar que se arruguen y se deterioren.
Utiliza una temperatura de 60 °C para las toallas blancas y 40 °C para las de color.
Evita sobrecargar el tambor, ya que esto impide un enjuague eficiente y puede dejar restos de jabón en las fibras.
Cómo tender las toallas para que queden suaves
Una vez lavadas, llega el momento clave: tenderlas correctamente. Este paso marca la diferencia en el resultado final:
- Sécalas a la sombra: Coloca el tender en un lugar aireado pero lejos de la exposición directa al sol, ya que este puede resecar las fibras y dejarlas ásperas.
- Deja espacio entre las toallas: Asegúrate de que no estén demasiado juntas para que el aire circule libremente y se sequen de manera uniforme.
- Sacúdelas antes de colgarlas: Esto ayuda a separar las fibras y prevenir que se endurezcan durante el secado.
Consejo adicional: usa suavizante natural
Para darles un toque extra de suavidad, puedes añadir al lavado una pequeña cantidad de vinagre blanco.
Este truco natural no solo elimina residuos, sino que también mantiene las toallas más frescas y libres de olores.
Con estos pasos, lograrás que tus toallas se mantengan suaves, esponjosas y agradables al tacto, ¡como recién salidas de una lavandería profesional!